José Coronado: “Hoy en día un abuelo puede estar hecho un toro”

En los inicios de sus más de 30 años de carrera le tocaba interpretar papeles de galán, ahora las canas le han dado a José Coronado su primer papel de abuelo. El actor, de 64 años, es uno de los protagonistas de "Entrevías", la nueva ficción de las noches de los martes a Telecinco. En la serie interpreta a Tirso Abantos, un papel que le sedujo.

PRONTO: ¿Qué te atrajo de este personaje, en cuya creación tú mismo has influido?

JOSÉ CORONADO: Sí, estoy desde los orígenes. Lo que me encantó fue la posibilidad de trabajar en esta casa, donde estoy desde “Periodistas”, hace ya más de treinta y pico años, y he hecho muchas series y películas y me encuentro muy a gusto. Con Aitor Gabilondo había trabajado en “El Príncipe” y “Vivir sin permiso” y la propuesta me encantó, es mi primer abuelo.

“No me pesa llegar a los 65 años”

P.: ¿Cómo te lo tomaste, eso de pasar de galán a abuelo?

J. C.: Pues al principio dije: “Ostia, ¡un abuelo! Si soy 'el Coyote'”. Pero me hizo pensar y me vino bien porque me hizo darme cuenta de que el abuelo del siglo XXI no tiene nada que ver con lo que pensábamos de los del siglo XX. Hoy en día, un abuelo con 64 años, como tengo yo, puede estar hecho un toro. Y dije: “Pues venga, pues abuelo”. Y me gustaba mucho la historia que se cuenta. Además, en el entorno donde se encontraba, en Entrevías, un entorno periférico como el de cualquier gran ciudad, daba mucho juego para meter todo tipo de tramas de suspense, de “thriller”, incluso comedia.

P.: Este año cumples 65 años. ¿Te da pesar llegar a esa cifra?

J. C.: No, porque ya he entendido lo que es esto de la vida. Hace cinco años tuve un susto (sufrió un infarto) y eso me dio una oportunidad de reflexionar mucho, de asumir, asimilar y sobre todo priorizar y relativizar muchísimo. Si tienes dos dedos de frente y eres un ser racional que entiende que todo tiene un final, lo asumes y lo aceptas. Siempre digo que para poder tener una buena muerte tienes que haber tenido una buena vida. Lo malo es cuando llega la hora y dices: “Qué mierda de vida he tenido”. Así que lo que hay que hacer es preocuparte de dibujar tu vida con colores bonitos día a día, y lo que tenga que venir, que venga cuando quiera, pero con una sonrisa.

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