Julián Muñoz debe aún al estado más de 46 millones de euros
La Audiencia Nacional le ha embargado lo que cobre por la docuserie de Telecinco
Julián Muñoz no verá ni un duro por la docuserie "No es hora de la venganza, es la hora de la verdad". Eso, por lo menos, es lo que persigue la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que ha embargado el dinero que el exalcalde de Marbella pudiera percibir por su participación en ese programa de Telecinco, que emitió su segundo y último capítulo el pasado viernes.
En esta entrega, Julián habló sobre la trama de corrupción política e inmobiliaria que le llevó a la cárcel –y de rebote, a su mujer y a Isabel Pantoja–, tras haber dedicado el primer capítulo a su tormentosa relación con la tonadillera.
La Audiencia ha actuado así para que Muñoz haga frente a la indemnización de 4,6 millones de euros a la que fue condenado en el 2013 durante el juicio del caso "Saqueo II" por el desvío de dinero público cuando era concejal en la etapa de Jesús Gil. De esa cifra, Muñoz pagó 370.000 euros, con lo que tiene pendiente de pago 46, 2 millones.
Obtuvo el tercer grado a causa de sus problemas de salud
La Audiencia ha obligado también a la productora a presentar el contrato firmado con Muñoz, condenado a 20 años de prisión, éste goza del tercer grado por una pluripatología "grave e incurable".
La docuserie aliviará una situación económica paupérrima, según el expolítico, pero servirá para que Muñoz explique "su verdad" sobre una de las relaciones sentimentales más mediáticas de las últimas décadas.
"Todo fue por culpa de Alberto Ruiz-Gallardón", decía sorpresivamente en el primer capítulo. Y es que, en el 2002, cuando ya era alcalde de Marbella, Julián le copió a su homólogo madrileño la idea de haber convertido a Ana Belén en imagen de su ciudad.
Se lo propuso a Isabel Pantoja, que aceptó encantada. La cosas no fue adelante, pero logró que Isabel amadrinara un avión con el nombre de Marbella, "empezó el roneito" y se puso la primera piedra de la que él define como "adicción" por una mujer a la que "nunca llegué a conocer", pero de la que deja claro que uno de sus mayores atractivos "era el misterio que la rodeaba. Yo había conquistado a aquel ser maravilloso, que conocía todo el mundo, que era una diosa".
Una obsesión, "un calentón" ha dicho, del que ahora se avergüenza.
Un diario escrito durante sus años de prisión
En la docuserie, Muñoz recuperaba el presunto diario que escribió en la cárcel porque "era mi desahogo personal, no podía hablar con nadie".
Del cuaderno, ha leído perlas como "hablar con ella me da fuerzas. La quiero mucho y muero por ella" o "casi me derrito cuando mi gitana me ha dicho que me quiere más que a ella, que me necesita y me echa de menos. ¡Ay, mi amor, mi amor!".
Declaraciones que Isabel Pantoja ha intentado por todos los medios que no salieran a la luz, por lo que tanto ella como su hermano, al que Muñoz ha llamado "amorfo, anodino y amargado, estarían incluso pensando en demandar al expolítico.
Se siente avergonzado por algunas de las cosas que hizo en el pasado
Muñoz ha desvelado que la primera vez que se acostaron fue en el apartamento de Gaudalpín, que ella compró con "una rebaja de casi el 50%" que le consiguió con sus influencias. "No fue un regalo", asegura, reconociendo que sólo la obsequió con un Mercedes descapotable.
Ante las cámaras, Julián ha confesado que traicionó a su mujer, Mayte Zaldívar, y la vergüenza que siente ahora por la rueda de prensa que dio negando estar con Pantoja. "Aquello fue absurdo, sin sentido, la consecuencia de mi endiosamiento. Yo quería estar en el plato y en la tajada. Estaba con las dos. Tuve muy poca vergüenza. Tendría que haber sido más hombre". No la tuvo.
Julián Muñoz e Isabel Pantoja llegaron a pensar en tener un hijo
Pero Pantoja le puso contra las cuerdas, exigiéndole que se separara para seguir adelante. Su relación se oficializó en junio del 2003 cuando aparecieron juntos, abrazados y besándose en el Rocío, dejando atrás meses de clandestinidad en los que no es que entrara en "Cantora" bajo una manta del coche como se creía, sino que "lo hacía en el maletero". Llegaron a pensar en tener un hijo. "Se habló con médicos de Teknon", explicaba, añadiendo: "Por suerte, no los hubo".
Pantoja tardó 87 días en visitar a Julián tras ser detenido en julio del 2006 y mantuvieron dos vis a vis. "El primero fue muy emocionante. Un abrazo infinito, muchas lágrimas y tuvimos relaciones. El segundo, una conversación de negocios", explicita sobre la visita en noviembre del 2006 en la cárcel Jaén II. Allí fue el principio del fin.
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