Karlos Arguiñano: te contamos cómo son sus 7 hijos
Karlos Arguiñano es padre de siete hijos, y con casi todos trabaja mano a mano cada día. Así es su extensísima familia
En 1974, un joven cocinero de Zarautz llamado Karlos Arguiñano contraía matrimonio con María Luisa Ameztoy. Han pasado 48 años desde aquel "sí, quiero" y, en estas casi cinco décadas, juntos han levantado todo un imperio que, gracias también al trabajo de sus hijos, se han asegurado de perpetuar.
Karlos y Luisi son padres de siete hijos, y seis de ellos están implicados en los diversos negocios familaires, desde el restaurante hasta la bodega. Entre los siete, han convertido al cocinero en abuelo hasta en 12 ocasiones, y todos juntos forman una gran familia que funciona como una perfecta piña en los buenos momentos y en los no tan buenos.
El hotel restaurante Karlos Arguiñano es el epicentro de los Arguiñano Ameztoy y, en él, cada uno de los hermanos tiene una función muy definida. Juntos, son un perfecto engranaje clave para el funcionamiento de este emblemático local. Pero... ¿cuál es la labor de cada uno?
Los hijos de Karlos Arguiñano, volcados en el negocio familiar
Eneko, Zigor, Joseba, y María sacan cada día adelante el establecimiento que puso su padre en su querido Zarautz; Martín se ha hecho su hueco en el mundo de la repostería (siguiendo los pasos de su tía Eva) y Amaia es una apasionada del vino.
Karlos es el único de los hermanos Arguiñano que no ha seguido los pasos familiares, pero Txarli, como cariñosamente le llaman en casa, también goza del éxito en su campo: la dirección de fotografía en televisión y cine. Su nombre aparece en los créditos de, entre otras series, 'El Internado: Las Cumbres'.
Eneko, Zigor, María y Martín Arguiñano: así es su día a día en el restaurante de su padre
Eneko trabaja en el restaurante familiar como jefe de sala, mientras que sus hermanos Zigor y María son los jefes de cocina. ¡A ellos le debemos el delicioso menú que puede degustarse!
María es la única hija no biológica del cocinero y su mujer, y tiene detrás una curiosa historia: cuando, en los años 90, Karlos pasaba largas temporadas en Argentina grabando programas de televisión, María trabajaba como asistenta. El cocinero vio en ella una gran pasión por los fogones, y le propuso venir a España. Su familia la acogió y Karlos y Luisi no tardaron en adoptarla legalmente.
Martín, por su parte, es el encargado de la parte administrativa del hotel. El joven adora trabajar con los suyos, y así lo hizo saber hace tiempo en una entrevista: "Mantenemos el buen clima laboral en la familia porque siempre hicimos cosas en grupo, en la casa y en el trabajo", declaró.
Joseba, un repostero de categoría
De cara al gran público, Joseba es la cara más visible de los hijos de Karlos Arguiñano, ya que él colabora con su padre en 'Cocina Abierta'. Además, cuenta con casi 45.000 seguidores en su cuenta de Instagram, en la que comparte recetas y sus muchos logros profesionales.
La repostería es su pasión, ¡mira qué dulces prepara!
El cocinero también ha probado suerte en el mundo editorial: recientemente ha publicado 'Cocina con Joseba Arguiñano', su propio libro de recetas.
Amaia reconvirtió su carrera a favor de su familia
En un principio, los planes de Amaia Arguiñano no pasaban por involucrarse en el negocio familiar. La joven es ingeniera, y tiene una curiosa especialidad, la telemetría (ayudar a los pilotos a mejorar sus tiempos), pero años después de dedicarse a sus estudios, empezó a dedicarse a su pasión: la enología.
Y es que Amaia es quien está al frente de K5, la bodega de Karlos Arguiñano. Su familia bromea con que Amaia es "la lista de la casa", porque ha sido la única que se ha licenciado. "Mi aita dice que soy la única de la familia que sabe leer y escribir, porque soy la única de los hermanos que hizo una carrera universitaria", dijo, divertida, en una ocasión.
Amaia es la encargada de seleccionar la uva para obtener el txakoli, pero su labor no acaba ahí: "observa cada paso hasta el embotellado y el etiquetado", ha dicho de ella El Español. Amaia y Joseba tuvieron hace poco una idea para impulsar la bodega: comercializar un pack gourmet con caldos de su bodega K5, productos típicos vascos (bonito del norte, anchoas, piparra...) y pastas y chocolates creados por el repostero.