Kiko Rivera: esto es lo que quiere hacer con la herencia de su madre
La tonadillera ha presentado a Hacienda los contratos de sus próximas actuaciones como aval de que pagará lo que debe por la finca Cantora
Cantora está tasada en una cantidad que liquidaría la deuda
Cantora, que se encuentra entre Medina Sidonia y Vejer (Cádiz).
El resto hasta la cantidad total –414.079,16 euros– es una deuda privativa de Isabel a Hacienda. La Agencia Tributaria, por su parte, ha hecho una valoración del precio de subasta de la finca: 4.348.000 euros. Es decir, que si Cantora se vendiera al precio en que ha sido tasada, Isabel Pantoja y su hijo podrían enjugar la deuda millonaria que tienen. La propiedad son 370 hectáreas de campo, de las que 2.000 metros cuadrados están construidos en dos edificios: una nave para actividades agrícolas y ganaderas y una casa de más de 600 metros con piscina en la que la artista vive actualmente con su hermano Agustín.
Pero, según aclaró el reportero Antonio Rossi en el programa ‘Vamos a ver’, que presenta Joaquín Prat, "no es tan fácil venderla porque hay diferentes embargos, ya que le deben a diferentes entidades". Además, según apuntó el propio presentador del espacio, una venta precipitada haría bajar el precio de la propiedad. Por eso, la intérprete de 'Marinero de luces' decidió la semana pasada personarse en Hacienda para presentar los contratos que tiene firmados para los próximos meses como aval de pago.
"No podrá suspender, ni posponer sus próximas galas, salvo que fuera una causa de fuerza mayor", apuntó Rossi. Es decir, que Isabel tiene un plan para pagar. De hecho, hace un año que está costeando religiosamente las cuotas de la hipoteca pendiente, que suben a unos 16.000 euros mensuales. La artista es dueña de varias propiedades inmobiliarias, pero no parece haberse planteado accionar esa "palanca" para poner a cero el contador en su economía.
Kiko no querría ni la legítima para él ni para sus hijos
Explicación de la deuda en el programa 'TardeAR'.
Según explicó la periodista Marisa Martín Blázquez a Ana Rosa, Kiko estaría ahora "encargándose de saber cómo poder renunciar a la herencia. No querría ni la legítima para él, ni que sus hijos hereden las deudas de la abuela". Un trámite complicado y anticipado, pero que deja muy claro cómo están las cosas en el clan Pantoja.
La iniciativa de Kiko se producía también después de que se difundiera la información de que Isabel Pantoja habría hecho cambios en su testamento poco antes de viajar a Estados Unidos por motivos profesionales.
Según ha contado Antonio Rossi, la artista les dejaría la estricta legítima a sus dos hijos –Kiko y la recién casada Isa–, mientras que mejoraría en su testamento la herencia a sus cuatro nietos y a su hermano Agustín, una de las pocas personas que siguen siendo fieles a la viuda del torero. En su documento de últimas voluntades, Isabel también habría expresado que quiere ser incinerada (no ha trascendido el lugar donde les gustaría que fueran depositadas o esparcidas sus cenizas) y que no desea que se celebre velatorio, ni funeral, ni mucho menos un homenaje, puesto que no quiere que sus hijos estén en su última despedida. Una disposición que habla por sí sola de la profunda crisis –quizás irreversible si no se obra un auténtico milagro– que pasa la relación.
Un problema de salud emocional
El nuevo testamento, según Rossi, expresa que la viuda de Paquirri "está harta de sus hijos". Ana María Aldón, por su parte, dio detalles sobre el estado de salud de Isabel Pantoja, asegurando que su entorno más cercano "está preocupado". Según la exmujer de Ortega Cano, "le atormenta la gran deuda que tiene. Su problema de salud no es tan grave, es más la parte emocional, no es capaz de levantar cabeza".