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Loli, la quiosquera, estalla contra Isabel Pantoja: "Tiene dinero pero no salda su deuda conmigo"

Con más sensación de impotencia que nunca, Loli, la quiosquera, ha vuelto a cargar contra Isabel Pantoja porque la tonadillera aún no le ha pagado el dinero que le debe

Loli no está dispuesta a perdonar a Isabel Pantoja.

M.A.

Quién iba a decirle a Isabel Pantoja que uno de sus grandes azotes mediáticos iba a ser su examiga Loli Pozo, la quiosquera que le prestó los ahorros de toda su vida para evitar su entrada en prisión. Esta octogenaria no está dispuesta a callarse, y no tiene pudor a la hora de gritar a los cuatro vientos que la tonadillera aún le debe 76.000 euros.

Pantoja nunca se ha pronunciado sobre esta deuda, pero sí sus hijos: tanto Kiko como Isa apoyan a la quiosquera, a la que conocen desde que eran apenas unos niños. "Vi nacer a Kiko, conocí a Isa en cuanto llegó a España, tengo con los dos una relación de cariño, sé que me quieren mucho, igual que yo a ellos. La deuda es una cosa personal con su madre, Kiko e Isa no tienen ninguna culpa", explica Loli al diario La Razón. 

Y con el mismo periódico ha querido hablar esta anciana, muy enfadada tras enterarse que Isabel Pantoja ha saldado su deuda con un empresario al que debía 100.000 euros, pero no con ella. "Isabel ha vuelto de América con dinero, pero no salda su deuda conmigo, no me paga. ¿Por qué a unos sí y a otros no?", se ha lamentado.

Paloma García Pelayo ha visitado en varias ocasiones a Loli Pozo en su casa.

Loli Pozo, arruinada, no puede pagar a nadie para que la cuide

La quiosquera, de 82 años, empieza a flaquear de salud y, debido a que le prestó todo su dinero a Isabel, ahora no puede asumir el coste que supone tener una cuidadora en su casa: "Sé que Isabel ha solventado la deuda que tenía con un empresario, pero yo no existo para ella. Éramos muy buenas amigas, nos queríamos mucho, ahora no la reconozco, no entiendo su actitud hacia mí. Soy una pobre jubilada que no puede pagar a una señora que me cuide", ha explicado.

Eso sí, Loli tiene muy claro que, de momento, no aceptaría un perdón de su examiga si no viene acompañado de los 76.000 euros que le debe: "No cabe un perdón. Si en el futuro salda la deuda no habría una amistad, porque nada puede ser igual que en el pasado. Admiro a Isabel Pantoja como artista, como persona deja mucho que desear. Si le puede el egoísmo, que sea con personas pudientes y no con una pobre jubilada, una obrera que se levantaba a las cinco de la mañana y acababa de trabajar a las diez de la noche", remata.