Luis Font, de Locomía: "Mi propio hermano hizo que me expulsaran del grupo"
Pasó de triunfar en los escenarios en los 80 a vivir casi en la calle
y cantar en el metro
Locomia antes
El artista ha vivido durante casi treinta años un infierno marcado por la depresión y las adicciones e intenta “reconstruir mi vida desde la humildad”.
Locomia antes
Sus problemas económicos casi le llevan a vivir en la calle. Hoy ocupa una habitación en la casa de un amigo en el barrio madrileño de Villaverde.
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Xavier Font hermano de Luis
PRONTO.: ¿Por qué pasaste de la popularidad al olvido?
LUIS FONT.: Mi propio hermano hizo que me expulsaran de Locomía y caí en un pozo sin fondo que me causó una depresión y una adicción muy fuertes. Afortunadamente, las estoy superando… Me rompí en mil pedazos, mi vida era un caos total, pero ahora me empiezo a sentir más fuerte y con muchas ganas de vivir, de reconstruirme, de dejar atrás esa depresión tan profunda. Hace tres meses me vine a Madrid, llamé a muchas puertas y no se me dieron posibilidades de reinventarme, soy una persona muy válida y me merezco seguir cantando… y empecé a hacerlo en el Metro, donde he encontrado mucha comprensión y cariño. Yo no soy un indigente ni pido limosna, canto desde la humildad más absoluta, compartiendo al nuevo Luis reconstruido.
"He estado viviendo con una paga social de poco más de 200 euros"
LUIS FONT DE LOCOMIA 2
P.: ¿Estás recuperando la autoestima?
L.F.: Poco a poco me voy sintiendo más feliz y orgulloso de quién soy. Sigo en mi lucha diaria y la voy compaginando con mi vida personal. Esta misma semana empezaré a trabajar a media jornada como camarero y estoy tramitando el permiso para cantar en la calle y en el Metro.
LUIS FONT DE LOCOMIA
P.: Porque hace unos días te expulsaron del suburbano.
L.F.: Fue una humillación, vinieron los vigilantes y me sacaron a la calle. Pero tengo que decir que lo hicieron con amabilidad.
Pablo Robledo, Frank Romero, Luis Font y Antonio Albella una de las tantas formaciones de Locomía
P.: Tu situación económica es preocupante.
L.F.: Lo he pasado muy mal. He estado viviendo con una paga social de poco más de doscientos euros, y han sido algunos buenos amigos los que me llenaban la nevera para poder comer. Son gente maravillosa de mi pasado, mis ángeles de la guarda. Me escondí muchos años, sentía vergüenza por mi situación, y hoy ya me atrevo a pedir ayuda para comprar comida, unos alimentos que me saben a gloria, porque vienen de personas que me demuestran un cariño tremendo. Me ayudan con tanto amor que la emoción es continua. Me proyecto hacia la felicidad y la serenidad…