Manu Baqueiro confiesa a Itziar Miranda qué le pondría celoso

La complicidad de Manu Baqueiro e Itziar Miranda, forjada durante 18 años tras la barra del Asturiano, no se ha quedado atrapada en la plaza de los Frutos, sino que ha traspasado la pantalla. De hecho, su conexión es tan fuerte que reconocen que les basta un gesto o una simple mirada para que ambos se entiendan sin mediar palabra.

Ahora sus gestos son de emoción, pues ‘Amar es para siempre’ encara, desde septiembre, su última temporada. "Entré con 25 años y voy a cumplir 45 y todo me ha pasado en esta serie, las cosas más bonitas de mi vida y cosas tristes. Y he tenido una familia preciosa para compartir todo eso. Yo entiendo que las cosas se acaban y estoy emocionada con este gran final", contaba Itziar en una rueda de prensa, antes de atendernos.

"Yo pensaba que esto nunca iba a llegar y al final llega, y da gusto tener una familia dentro de la tele. Quiero dar las gracias a los espectadores. Yo me llevo una familia para amar, siempre", destacó Manu, muy emocionado.

PRONTO: ¿Cómo fue ese momento en el que os comunican que la serie acaba?

ITZIAR MIRANDA: Nos lo dijo Edu Casanovas, el director, y al principio todos estuvimos con muchos lloros y lágrimas, pero no sólo de tristeza, sino de emoción. Y, además, es que no acaba porque vaya mal, no. La audiencia va increíble, incluso mejor que otros años. Estamos en un momento precioso, con un elenco brutal, unos guiones increíbles y es cuando te dicen que la serie se acaba. Y así lo vives con más emoción. Es un regalo pensar a ver qué nos depara luego la vida, pero ahora, en el presente, queremos finalizar ‘Amar es para siempre’ con burbujas.

"Acabamos la serie por todo lo alto"

P.: ¿Habéis pensado cómo va a ser ese primer día en el que no tengáis que madrugar para ir a rodar?

MANU BAQUEIRO: ¡Yo me voy a Brasil en cuanto terminemos! Pero son muchas sensaciones. Primero, cuando te dan la noticia te quedas en shock, pero luego ya dices que son muchos años ya, y lo bonito es que no estábamos en el punto de que a nadie le interesaba la serie, vamos a acabar por todo lo alto. Y sí, va a ser un cambio de vida, vamos a pasar de levantarnos a las 6 con una seguridad a buscarnos la vida, pero también hay ganas de otras aventuras.

I.M.: También es verdad que somos unos afortunados, ya que desde que se sabe que ‘Amar es para siempre’ se acaba hemos recibido muchos mensajes y llamadas de personas que quieren trabajar con nosotros.

M.B.: ¡Yo me voy a poner celoso cuando te vea en la tele besando a otro, tía!

I.M.: De hecho, la gente por la calle cuando me ve con mi marido de la vida real, me pregunta: "¿Dónde está tu marido?", y digo: "Aquí", y me dicen: "No, el de verdad".

P.: Para vosotros, ¿cómo va a ser el no veros cada día?

I.M.: Bueno, vivimos al lado y nos vemos en el gimnasio, así que sí que nos seguiremos viendo.

M.B.: Y nos vamos a ver en otros lugares que también van a molar mucho porque vamos a quedar para tomar un vino, por ejemplo, no para rodar.

P.: ¿Sabéis cómo va a ser el final de ‘Amar…’?

I.M.: No, pero nos encantaría saberlo.

P.: ¿Qué final os gustaría?

I.M.: Morir, no.

M.B.: Yo prefiero morirme yo a que se muera Manolita.

I.M.: A mí me gustaría un encuentro familiar a lo grande. Sería muy bonito. Pero no tengo ni idea de cómo va a ser el final.

P.: En ese futuro que planteamos después de ‘Amar es para siempre’, ¿os meteríais en otra serie diaria?

I.M.: Yo pienso en proyectos más que en formatos. Si el proyecto es precioso… Es que, en realidad, me gusta mucho trabajar y madrugar.

M.B.: ¡Y que te pagaban una pasta, Itziar, dilo!

I.M.: ¡Qué va! ¡Pero si nos cogieron porque éramos baratos!

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"Tenemos una gran complicidad"

P.: Después de los 2.700 capítulos, ¿qué secuencia recordáis especialmente?

M.B.: Recuerdo cuando Manolita estaba enferma en el hospital por el atentado de Atocha y Pelayo y yo veíamos que se moría. Yo miraba a Itziar y no podía parar de llorar.

I.M.: Lo que sé es que voy a echar de menos nuestros ataques de risa, que nos echan unas broncas los directores porque no hay manera de grabar…

M.B.: Cuando ves que Marcelino mira para un lado y Manolita para otro, es que no podemos mirarnos porque nos echamos a reír.

I.M.: Hay una gran complicidad, y ya sin mirarnos sabemos que estamos pensando lo mismo.

P.: ¿Qué haréis cuando se apague la luz en el último set?

M.B.: Llorar y emborracharnos.

I.M.: Brindar.

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