Desde que era pequeña, María Jesús paseó su acordeón y su salero no sólo por todo tipo de escenarios, sino por hospitales, residencias y centros donde, de manera altruista, hacía que sus ‘pajaritos’ y sus demás éxitos alegraran la vida a personas enfermas o con discapacidad., “He hecho más acciones solidarias que pelos tengo en la cabeza”, dice la dicharachera cacereña, que hoy en día sigue sacando sonrisas de forma gratuita a un colectivo al que ella conoce de primera mano, pues tiene una hermana llamada Pili con discapacidad intelectual.