Maria Luisa Merlo: “Los hombres, como pareja, son secundarios en mi vida”

A María Luisa Merlo nacer en una familia de actores le marcó. De hecho, llegó a dejar su carrera artística de bailarina, a pesar de que su padre le aconsejó no hacerlo, para dedicarse a la interpretación. Y ahí sigue, a los 79 años, trabajando sin parar.

El pasado viernes 21 de mayo, María Luisa estrenó en el Teatro Amaya de Madrid “Mentiras inteligentes”, después de recorrer España con esta obra cosechando un éxito que la mantiene en plena forma.

Y en esta comedia, escrita por Joe Dipietro, María Luisa Merlo comparte escenario con Jesús Cisneros, Juan Jesús Valverde y Ana Escribano. Ésta última, como muchos recordarán, fue la cuarta esposa de Carlos Larrañaga, quien también, cosas de la vida, estuvo casado –desde 1961 hasta 1983– con María Luisa, que fue su primera esposa. Así que ha sido toda una coincidencia, que la veterana actriz asume como algo fabuloso, pues ambas se llevan de maravilla y sienten que son familia.

Ana y María Luisa, juntas sobre el escenario:

"Siempre fui muy buena amiga de mi exmarido"

“Ana es mi familia. Es la última mujer de Carlos y tiene una niña que es hermana de mis hijos. Y, además, es una tía estupenda, da gusto estar y trabajar con ella. Yo llevaba muchísimos años separada de Carlos cuando ella llegó a su vida y siempre fui muy buena amiga de mi exmarido”, asegura María Luisa.

PRONTO: ¿Es la primera vez que coincidís?

MARÍA LUISA MERLO: Sí, pero hay muchísima comunicación en el escenario y mucha libertad cuando viajamos, mucho buen rollo.

P.: Y parece que la hija que tuvo con Carlos, Paula, también ha heredado la pasión por esta profesión.

M.L.M.: Parece que sí, que Paula va tirando para esto, aunque es pequeña. Y está muy bien, porque ninguno de mis nietos va a seguir esta profesión.

"Las mujeres hoy en día nos hemos convertido en personas muy independientes"

P.: ¿No has pensado en hacer tu vida sentimental?

M.L.M.: No, hace muchos años que decidí que no. No sirvo para las relaciones, y no es por culpa de ellos, sino porque yo soy una rebelde. Los hombres como pareja son ahora muy secundarios en mi vida. Como otras mujeres de mi generación, ya he tenido lo que tenía que tener, estar muy bien y estar también muy mal, que es muy divertido. Las mujeres hoy en día nos hemos convertido en personas muy independientes, aunque todavía falta un camino grande para que el feminismo sea real.

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