María del Monte: el altísimo valor de las casi 300 joyas y piedras preciosas que le robaron
La tonadillera afronta el impacto de un robo millonario en joyas valoradas en 181.000 euros
María del Monte.
El robo de joyas a María del Monte sigue dando que hablar, especialmente, tras revelarse el altísimo valor de sus piezas sustraídas. El asalto, valorado en más de 181.000 euros, se convirtió en toda una verdadera pesadilla tanto para la madrina de Isa Pi, como para su pareja, Inmaculada Casal.
Los peritos han tasado las 288 piezas sustraídas, y el valor de estas no deja indiferente a nadie. El total evaluado es de 181.345,53 euros. Una cifra a la que cabría sumar los 267.639,15 euros, «por daños y perjuicios».
Pendientes, relojes y bolígrafos de lujo
Con su pareja, Inmaculada Casal, su mayor apoyo.
Entre las piezas robadas hay mucho más que unas simples joyas. En el informe se destacan pendientes, colgantes, medallas y broches, además de anillos y relojes de alta gama. Sorprendentemente, también fueron sustraídos objetos tan exclusivos como mecheros y bolígrafos de marcas prestigiosas, lo que evidencia el valor y exclusividad de la colección que María del Monte atesoraba.
Antonio Tejado, sobrino de María, señalado como el “cerebro” del robo
Las investigaciones apuntan a Antonio Tejado, sobrino de la cantante, como presunto autor intelectual de este robo. La ‘Operación Abgena’, llevada a cabo por la Guardia Civil, ha puesto el foco en el familiar de María del Monte, quien ahora deberá enfrentarse a la justicia. La fecha del juicio se fijará en marzo de 2025 y, mientras tanto, la polémica sigue creciendo.
María del Monte.
El valor de las joyas robadas no es nada comparado con las secuelas emocionales que este suceso ha dejado en la vida de María del Monte e Inmaculada Casal. Ambas han confesado que el robo las dejó en estado de shock y, desde entonces, siguen recibiendo tratamiento psicológico para combatir un trastorno adaptativo de ansiedad, el cual, se caracteriza por reacciones emocionales intensas.
Aunque intentan rehacer su vida, el impacto emocional del asalto, es claro que sigue presente. Hoy, con valentía, la tonadillera busca volver a sonreír, aunque sabe que la herida de esa noche tardará en sanar.