Mariano Peña, de Aída: "Moriré como Mauricio Colmenero"

Durante una década, Mariano Peña encarnó a Mauricio Colmenero en la exitosa serie 'Aída'. Un personaje racista, machista y explotador que nada tiene que ver con este actor, pero que le dio una gran popularidad. El intérprete onubense sigue siendo recordado por ese papel, aunque su trayectoria profesional abarca mucho más.

"Me han hablado maravillas de Ana Obregón"

PRONTO: Acabas de rodar una comedia con Carmen Maura y Ana Obregón. ¿Cómo es trabajar con ellas?

MARIANO PEÑA: Tuve la suerte de coincidir con Carmen en la lectura de guión, pero no con Ana, aunque me habría encantado porque me han hablado maravillas de ella. Carmen Maura es una mujer muy cercana, sensible y sencilla.

P.: Cuéntame en qué proyectos estás inmerso.

M. P.: Prefiero esperar a que estén firmados, sellados y lacrados. Sí puedo adelantarte que hay un par de proyectos teatrales y uno de cine.

P.: Si echamos la vista atrás, Mauricio Colmenero fue el personaje que te dio una gran popularidad. ¿Cuánto ha pesado él en tu vida?

M. P.: Mauricio sigue pesando, pero es agradable de llevar. No sobre mí, sino conmigo, de la mano, a lo largo de toda mi vida. Le debo muchísimo, pero también es cierto que su sombra es alargada. Creo que moriré como Antonio Ferrandis siendo Chanquete.

P.: ¿Con qué compañeros sigues en contacto?

M. P.: Ahora mismo, con ninguno. Estuvimos 10 años de nuestras vidas viéndonos las caras casi a diario y eso crea grandes lazos, enormes e invisibles. Cuando nos vemos, siento que no ha pasado el tiempo. Guardo un grato recuerdo de todos porque formamos una gran familia.

"El doblaje me sacó de un gran bache"

P.: Se acaban de cumplir 20 años del estreno de 'Compañeros'. ¿Qué recuerdos guardas de esta serie?

M. P.: Mi ilusión, mis ganas y emoción. En aquel momento era todo nuevo para mí. Yo entraba en un mundo que desconocía, pero que había soñado desde pequeño. La recuerdo con ternura y, a la vez, con pena. ¡Lo que daría por volver a esa etapa!

P.: También has hecho doblaje. ¿A quién te gustaría poner voz?

M. P.: Me alegra que me hagas esa pregunta. Poca gente lo sabe y le dediqué bastantes años de mi vida. El doblaje me sacó de un gran bache y me divertí mucho con él. Es un trabajo maravilloso, pero poco valorado. No he vuelto a doblar, pero me pica el gusanillo. Me daría lo mismo que fuera a dibujos animados o a personajes de carne y hueso.

P.: De no haber sido actor, ¿a qué te habrías dedicado?

M. P.: No concibo la vida sin interpretar. Soy muy tímido y actúo para esconderme tras los personajes, pero me gusta todo lo relacionado con el arte. Soy licenciado en Bellas Artes y pinto en mis ratos libres.