Marisol: así se encuentra tras la repentina muerte de su gran amor
Massimo Stecchini, su pareja durante más de tres décadas, falleció inesperadamente a causa de un infarto a los 63 años
Marisol y Massimo Stecchini mantenían una discreta relación.
Tras tomar la decisión de retirarse de la vida pública, la que fuera niña prodigio del cine español sólo tenía un deseo: ser una mujer anónima que pudiera disfrutar de los pequeños placeres de la vida como nunca antes había podido hacerlo. Pepa Flores, más conocida como Marisol, se instaló en su localidad natal, Málaga, donde pudo cumplir su propósito y, además, se enamoró de Massimo Stecchini, un hombre que la entendió perfectamente y la amó con locura.
El destino ha querido que este malagueño de ascendencia italiana falleciera repentinamente con tan sólo 63 años a causa de un infarto.
La muerte del que fue su compañero de vida sumió en la desolación a Marisol, de 75 años, quien acudió al tanatorio Parcemasa de Málaga, al que se trasladó a Massimo, pero pidió a los reporteros que no se le tomaran fotos y respetaran su decisión de ser anónima, algo que los profesionales hicieron.
Marisol y su marido: "Era una pareja que se entendía, se respetaba y se admiraba"
Devastadas también por la pérdida de la pareja de su madre, Celia y Tamara Flores, las hijas menores de la que fuera Marisol, no escondieron su tristeza a las puertas de la capilla ardiente de Massimo, quien se había vuelto alguien muy especial para la familia. Ahora tanto ellas como María Esteve, la primogénita de la exactriz, se esforzarán por reconfortar a su madre en un momento tan doloroso.
"Pepa está absolutamente destrozada, hecha añicos. Va a ser muy difícil que se recupere de este gran palo que le ha dado la vida porque pasaba 24 horas con él. Era una pareja modélica, se entendían, se respetaban y, sobre todo, se admiraban", ha asegurado una fuente cercana a la familia al periodista Saúl Ortiz.
Massimo y Pepa se conocieron en el año 1988 cuando ella entró en la pizzería malagueña en la que él trabajaba porque era propiedad de su familia. Aunque enseguida hubo química entre ambos, tardaron un tiempo en iniciar su relación sentimental. De hecho, Massimo la admiraba desde que era niño. Como solía contar, tenía sólo 3 años cuando la entonces Marisol, de 14, pasó por Málaga y fueron numerosos los que quisieron fotografiarse con ella. A la adolescente le pusieron a Massimo en brazos y el niño la miró embelesada.
Massimo Stecchini, tan discreto como la mujer a la que amaba
A lo largo de las más de tres décadas que compartió con la exactriz, Stecchini habló con los medios en contadísimas ocasiones. La primera vez que rompió su silencio fue en el 2019, cuando una reportera de ‘Viva la vida’ lo siguió mientras paseaba a su perro. Massimo no escondió su malestar por la presencia de la periodista. "Nosotros no queremos crear interés. Yo soy yo y no necesito que nadie me juzgue o me ponga una calificación", destacó con el semblante algo serio, aunque su actitud fue cambiando durante la conversación y acabó hablando de su pareja. "Si la gente conociera a mi mujer la querrían incluso más, sería tremendo, no hay mejor persona en el mundo", destacó.
En el mismo programa, el empresario también contó que Pepa no renegaba totalmente de su pasado. "Le da una alegría tremenda saber que hay personas que han sido felices a través de ella", afirmó.
En el 2020, cuando a la exactriz le concedieron el Goya de Honor, su pareja volvió a hablar de manera sucinta ante las cámaras cuando le preguntaron si asistiría a la ceremonia y también se deshizo en elogios hacia ella. "Ella es honrada, decente, honesta y todo tipo de adjetivos que se te ocurran. Lleva muchos años intentado ser normal, pero nunca lo va a conseguir", matizó.
A partir de ahora la malagueña se enfrenta al durísimo reto de aprender a vivir sin el hombre que mejor la comprendió y con el que fue tremendamente feliz disfrutando de su ansiado anonimato.