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Máximo Valverde: “Rocío Jurado y yo tuvimos un romance muy bonito”

El actor, que actualmente representa una obra teatral, asegura que le han ofrecido escribir sus memorias, pero no piensa hacerlo

Máximo Valverde sigue al pie del cañón y no piensa en jubilarse.

José de Santiago / Olivia Lecha

A sus 78 años, Máximo Valverde conserva parte de ese aura de seductor que le llevó a conquistar a algunas de las mujeres más guapas de nuestro país. El mismísimo Julio Iglesias le dijo que era el único que se había ligado más chicas que él, pero el actor no presume de amores.

"Me han ofrecido muchísimo dinero por escribir mis memorias, de momento no pienso hacerlo, ya veremos si me decido en el futuro. Es que si cuento toda la verdad, podría hacer daño a mucha gente y no quiero. Mira, soy un hombre feliz que sigue trabajando. Ahora estoy con la obra teatral 'Con ganas de reír', una comedia que protagonizo con Eva Santamaría, que no es, como se ha dicho, mi novia, sino una gran amiga y una maravillosa compañera", nos asegura.

Máximo Valverde, que estuvo con algunas de las mujeres más importantes de nuestro país, fue torero.

"Hubo épocas en las que dormía en la calle"

Máximo Carlos González-Valverde Hortal nació en Sevilla el 16 de noviembre de 1944 en el seno de una familia acomodada y numerosa, ya que tuvo ocho hermanos. Aunque para complacer a su padre empezó a estudiar Derecho, acabó dejándolo porque quería cumplir su sueño de ser torero. El destino lo llevó a triunfar en el cine donde su físico le granjeó papeles de galán. Intervino en filmes como 'La novicia rebelde' (1971), 'Españolas en París' (1971) y 'Torremolinos 73' (2003).

PRONTO: ¿Existen dos "Máximos"?

MÁXIMO VALVERDE: Podría decirse que sí, el hombre sencillo de su vida personal y el que los que le ven desde fuera consideran frívolo. Te aseguro que he reservado siempre mi intimidad, hay muchas cosas que no le cuento nunca a nadie. Por ejemplo, que hubo épocas, cuando iba de maletilla a los tentaderos, en las que no tenía ni un duro y dormía en la calle.

P.: Ibas para torero.

M. V.: Sí, yo me vine desde Sevilla, mi tierra, para Madrid con la intención de torear, pero trabajaba también de extra en el cine para mantenerme económicamente. Un día hice un casting y me eligieron para protagonizar la película ‘Fortunata y Jacinta’ en 1970, y ahí comenzó realmente mi carrera como actor. Décadas después me volvió a picar el gusanillo del toreo y, a los 50 años, conseguí tomar la alternativa, pero se vivía mejor como actor y mi camino siguió esa senda.

En la época en la que salió con Isabel Pantoja.

"Amparo Muñoz fue el gran amor de mi vida"

P.: Ya tenías fama de seductor. ¿Cómo fue tu idilio con Rocío Jurado?

M.V.: Tuvimos un romance muy bonito cuando trabajábamos juntos en el espectáculo ‘Cancionera’, pero yo era un hombre muy inestable en el amor, viajaba mucho y la cosa se enfrió. Al final, ella se fue con Enrique García Vernetta y yo con la que fue 'Miss España', Rocío Martín. Ella quería casarse conmigo, pero yo no estaba por la labor. La verdad es que no me duraban mucho las novias, porque era bastante veleta.

P.: De otra miss, Amparo Muñoz, te enamoraste con locura.

M.V.: Fue el gran amor de mi vida. Estuvimos juntos tres años y fue muy bonito por un lado, pero muy duro por otro, porque, al ganar en 1974 el concurso de "Miss Universo", la llevaban de un sitio para otro. Me llamó un día llorando porque no aguantaba ese ritmo. Fui a verla a Nueva York, había adelgazado mucho, estaba demacrada, los organizadores del certamen le habían hecho firmar un contrato leonino… y hablé con esa gente. Al salir de la oficina entraron dos hombres conmigo en el ascensor y me dieron una paliza. Al volver a mi hotel me habían robado la ropa, y, sobre la mesilla, me dejaron un billete de vuelta a España y 20 dólares para el taxi hasta el aeropuerto.

Con Amparo Muñoz, su gran amor.

P.: Pero no te fuiste.

M.V.: Me quedé para buscar a Amparo y me ganaba la vida cantando ‘El Porompompero’ con una guitarra en las calles de Broadway. A los diez días, ella y yo nos escapamos en un avión como si fuéramos miembros de la tripulación.

P.: Aquella historia de amor acabó mal.

M.V.: Amparo se metió en ambientes poco recomendables. Discutíamos muchísimo, ella no quiso dejar sus adicciones y era mejor romper. Me dolió en el alma, estuve seis meses hundido, sin ganas de nada. Sufrí una grave depresión.

"La madre de Isabel Pantoja me consideraba un mal partido"

P.: El padre de Isabel Pantoja te lo puso muy difícil para salir con su hija.

M.V.: Eso fue antes de Amparo. Isabel era un chica de 18 años y me gustaba mucho, iba a verla actuar siempre que podía, vi que yo también le gustaba y le pedí que saliéramos juntos. Ella me contestó que debía tener el permiso de su padre, así lo hice y la cosa salió bien. Mantuvimos una relación muy bonita, pero apareció en mi vida Amparo Muñoz, con la que tuve un flechazo, y dejé a Isabel, y ella no me lo perdonó nunca. Su madre, doña Ana, tenía un carácter muy fuerte y me consideraba un mal partido, creía que no ganaba lo suficiente para estar con su hija.

En el 2021 protagonizó 'Amalia en otoño', con María José Alfonso y Manuel Zarzo .

"Me negué a tener sexo con mujeres por dinero"

P.: La única vez que una mujer estuvo a punto de hacerte pasar por la vicaría acabó en un terrible engaño.

M.V.: Sí, porque resultó que ya estaba casada, menos mal que un periodista me llamó para contármelo. Cuando fui a pedirle explicaciones, ella había desaparecido.

P.: Me contaron en una ocasión que hubo señoras que te ofrecieron dinero por tener sexo con ellas.

M.V.: Fue cuando era muy joven y aún no había debutado en el cine. Ni se me pasó por la cabeza aceptar ese tipo de ofertas. Una mujer quiso ponerme un apartamento y un coche en la puerta, y me negué rotundamente… Por la educación que tenía y mis principios morales.

En la obra 'Con ganas de reír'.

P.: ¿Nunca te tentó la idea de ser padre?

M.V.: Con la única que se me pasó por la cabeza fue cuando estaba con Amparo. Pero éramos demasiado jóvenes y priorizamos nuestras carreras artísticas.

P.: Llegas a los 78 años sin pareja.

M.V.: Es una etapa de mi vida en la que me siento tranquilo y bien. Dejémoslo ahí.

P.: ¿Alguna vez se te ha pasado por la cabeza la intención de jubilarte?

M.V.: No. Mientras esté bien de salud y de ánimo, seguiré trabajando.