Messi: su dura lucha para conseguir sus sueños en el fútbol y en el amor

“Tantas veces lo soñé, tanto lo deseaba que aún no caigo, no me lo puedo creer… “. Con estas palabras celebraba Lionel Messi la conquista de la copa del Mundial de Catar, un trofeo que, a pesar de su tamaño, representa el sentir de todo un país, Argentina, que se volcó en las calles de Buenos Aires para festejar el tercer mundial de su historia.

También él nos ha regalado imágenes que reflejan su felicidad, no sólo por este triunfo, sino porque la copa del mundo viene a coronar un palmarés único y excepcional, ya que se ha convertido en el único futbolista de la historia que ha logrado ganar Juegos Olímpicos, Champions, Copa América, Mundial y Balón de Oro.

Una lucha que empezó en la infancia

Eso sí, conseguir este repóquer de trofeos no ha sido tarea fácil. En su infancia, a Leo le diagnosticaron un déficit de la hormona del crecimiento, lo que provocó que, a él y a sus padres, Jorge Messi y Celia Cuccittini, se les viniera el mundo encima, porque ponía en riesgo su carrera deportiva, que era también su sueño. "Lo único que yo quería era jugar al fútbol, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para cumplir mi sueño", diría al cabo de los años el jugador, recordando aquel momento en el que vio llorar a sus padres por primera vez.

Messi empezó entonces un tratamiento que consistía en inyectarse cada día una dosis de hormonas de crecimiento, pero en el 2001, estuvo a punto de tener que dejarlo porque su familia no tenía suficientes recursos para costearlo.

Y entonces fue cuando el Barça entró en acción para hacerse cargo del mejor tratamiento para el joven, que tenía entonces 13 años. Al final, Lionel consiguió una altura de 1,69 centímetros y su carrera futbolística se disparó.

Antonela, la mujer de la que se enamoró con 9 años

En esta aventura tan exitosa, tiene mucho que ver su compañera de vida, Antonela Roccuzzo, de la que se enamoró siendo un niño de 9 años. Ella tenía 8 y se conocieron un verano en que el primo de ella, que era amigo de Messi, los presentó. Aunque con el tiempo tuvieron que superar la distancia entre Barcelona y Argentina, y que ella empezara a salir con otro chico de su ciudad, Rosario, al final Messi, que nunca desistió, consiguió que Antonela se diera cuenta de que él era el hombre de su vida.

Ella es quien mejor le conoce, su aliada, su amor y la madre de sus tres hijos: Thiago, Mateo y Ciro. Y también es quien le felicitó antes que nadie a través de su Instagram diciendo: “Qué orgullo más grande que sentimos por vos, Leo Messi. Gracias por enseñarnos a nunca bajar los brazos, que hay que pelearla hasta el final. (...) Nosotros sabemos lo que sufriste tantos años, lo que deseabas conseguir esto”.

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