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El actor superó un cáncer de garganta hace años.

A.M

Vitalista, disfrutón y con una gran predisposición a las adicciones, Michael Douglas ha demostrado siempre ser un actor extremadamente activo, tanto en su vida laboral como en la personal. A sus 76 años, mientras el intérprete de "Bajos Instintos" o "Wall Street" jamás se ha planteado jubilarse y es hoy en día uno de los actores más veteranos de Hollywood que sigue trabajando –actualmente lo podemos ver en la serie de Netflix "The Kominsky Method" y acaba de poner la voz al súper héroe Hank Pym en Disney+-, su vida personal también ha sido siempre, por así decirlo, "bastante movidita" y en su curriculum extra profesional no han faltado las infidelidades, una adicción enfermiza al sexo o una gran afición por la marihuana. Un modo de vida que parecía que al marido de Catherine Zeta-Jones jamás iba a pasarle factura. Hasta ahora. 

Las consecuencias de una vida de excesos

Al parecer, el hijo de Kirk Douglas, que por suerte se recuperó perfectamente del cáncer de garganta que sufrió hace años, no sólo empieza a tener los típicos achaques propios de su edad, sino que a raíz de la pandemia ha descubierto que su mente ha empezado a deteriorarse a un ritmo más rápido que su físico –el cual cuida a golpe de cirugía, como casi todas las celebrities de su edad-, pues está perdiendo la memoria a corto plazo. "Durante la pandemia, en la que he pasado más tiempo haciendo básicamente nada en el sofá, me ha sorprendido la cantidad de energía que he perdido. Y mi memoria a largo plazo está bien, pero a corto plazo no tanto. Lo estoy investigando", reconocía hace poco el actor en una entrevista para el portal AARP, especializado en personas mayores de 50 años.

En un principio, Douglas pensaba que todo se debía a sus vicios juveniles, a una época en la que fumaba marihuana en exceso junto a otros compañeros de profesión como Danny DeVito, al que conoce desde hace más de medio siglo y del que reconoce: "Ambos éramos fanáticos de la marihuana de 1967, así que ése fue el comienzo de una larga, muy larga amistad". Pero la idea de atribuir a la marihuana sus problemas de memoria actuales finalmente los ha acabado descartando tras consultar a varios amigos suyos que fumaban tanto o más que él.

Douglas manifestó además en la entrevista que mientras encuentra una respuesta a sus pérdidas de memoria a corto plazo se ha puesto manos a la obra a ejercitar su mente. Para ello, dice, se ayuda además de su curiosidad innata, que lo anima a preguntar mucho, a fijarse en los detalles y a interesarse por cosas de la gente como su estilo o la ropa que lleva. También dice que le ayuda el "tener don de gentes" -porque afirma que así sabe lo que la mayoría de las personas sienten sobre las cosas- y el ser "adicto a las noticias". En su vida, según parece, es de las pocas adicciones que todavía mantiene. La de las drogas la atajó radicalmente cuando llegó a la conclusión de que en su casa debía establecer límites para que sus dos hijos adolescentes –fruto de su matrimonio con Catherine Zeta Jones- no repitieran la dramática situación que vivió con su primogénito Cameron, que acabó cumpliendo una condena de siete años de prisión por delitos relacionados con el tráfico y el consumo de drogas.

El actor y su hijo Cameron.

Ahora, mientras espera que sus achaques mentales no lleguen más lejos, Douglas pretende seguir bebiéndose la vida a sorbos, y afirma que no se le han quitado las ganas de actuar, viajar, debatir y ver a los amigos. "Con la madurez, no te sientes necesariamente muy diferente de lo que sentías cuando eras joven. Yo simplemente busco la alegría de un buen momento".