Nerea Pérez de las Heras cuenta cómo le ha cambiado la vida desde que perdió una pierna
La humorista sufrió un accidente el pasado mes de julio tras el que le tuvieron que amputar una pierna
Nerea Pérez de las Heras en el hospital.
"Me encuentro regular. Esto es un rato bien, un rato mal, un rato regular", confiesa, explicando que a pesar de que "el cuerpo se tiene que hacer y los ritmos del cuerpo son muy lentos" no pasa lo mismo con los de la vida y el trabajo, "que son muy rápidos".
Una imagen que ha compartido Nerea Pérez de las Heras en su Instagram.
"Entonces hay que buscar el equilibrio y voy tirando", reconoce Nerea Pérez de las Heras, destacando el papel fundamental que sus seres queridos tienen en esta durísima etapa en la que su objetivo pasa por estar bien: "Tengo una suerte inmensa, estoy muy bien pertrechada y muy bien apoyada por mucha gente".
"Madrid es invivible desde una dependencia"
Nerea Pérez de las Heras en silla de ruedas.
A pesar de que no está siendo fácil, Nerea Pérez de las Heras confiesa que está intentando aprovechar su popularidad para ayudar a otras personas que sufren problemas de salud serios a superarlos con una sonrisa como está haciendo ella. "Me preguntan mucho sobre la visibilidad, yo es que no visibilizo, yo existo. Como soy autónoma, me toca existir en el ojo público, trabajando, así. Y a quien pueda ayudar esto, pues siempre está bien, no solamente en circunstancias parecidas a la mía, sino con otras circunstancias que hacen que el mundo, los curros, la ciudad, el entorno, no esté a tu ritmo" explica.
La humorista reconoce lo complicado que está siendo para ella adaptarse a su nueva realidad en Madrid. "Cada milímetro de la ciudad es imposible, es invivible desde una dependencia" se lamenta Nerea Pérez de las Heras.
Nerea Pérez de las Heras mostrando su prótesis.
Aunque confiesa que la vida le ha cambiado "radicalmente" y que no hay porque "endulzar algo que es un cambio horroroso", Nerea Pérez de las Heras mira al futuro con optimismo y, como nos cuenta, "me veréis pronto con la pierna mecánica correteando".
Sin ocultar que no está siendo un proceso fácil porque cree que "el positivismo tóxico" no es bueno, la dramaturga se queda con lo mejor de esta durísima experiencia: "He tenido una suerte increíble, la gente se ha vuelto, ¿cómo decirte? Mucho mejor. No era consciente de la novia tan guay que tenía, las amigas tan guays que tenía, las hermanas, la familia tan guay".