Nuria Roca: "Todavía no hemos recibido la invitación de boda de Tamara"

La valenciana está en un momento pletórico de su vida en el que se siente feliz en lo profesional y plena en lo personal. Reconoce que lleva un ritmo frenético para llegar a todo: presentar durante cuatro horas y media en directo "La Roca", colaborar con "El hormiguero 3.0", escribir, disfrutar de su familia y sus propios momentos de ocio, o hacer incluso teatro cuando su agenda se lo permite. Por eso, nadie mejor que Nuria podría haber sido elegida madrina en España de Skechers.

"Si Juan y yo estamos un día sin vernos, nos echamos de menos"

PRONTO: ¿Cómo aguantas el ritmo?

NURIA ROCA: Pues durmiendo poco, organizándome bien y con ayuda. Y hay una frase que a mí me encanta, que es "después del dos va el tres", es decir, que primero te centras en una cosa, y luego ya vas a la siguiente.

P.: Te queda poco para cumplir los 51. ¿Cómo has llevado los 50, una cifra que a veces nos impone?

N.R.: ¡Fatal! Ja, ja, ja. Yo creía que lo iba a llevar muy bien y no. Ha sido cumplir 50 y, de repente, ser más consciente de ello. Pero a pesar de ello estoy en un momento muy bonito porque estoy disfrutando de mi profesión. Me siento una privilegiada porque en 30 años no he parado nunca. Y si estoy cansada, me aguanto. No soporto a la gente que se queja.

P.: Pero ¿te queda tiempo para ti?

N.R.: Siempre, desde la temporada pasada decidí que un día a la semana no trabajaba. Me quedo en casa y no cojo ni el teléfono.

P.: ¿Tampoco a Juan?

N.R.: Juan no me molesta nunca.

P.: Pero no siempre es fácil trabajar con tu pareja. ¿No desgasta?

N.R.: Nosotros es que nos retroalimentamos mucho y nos gusta hacer cosas juntos. Y si Juan y yo estamos un día sin vernos, nos echamos de menos. Es ridículo, pero es verdad.

P.: ¿Qué tal llevas el síndrome del nido vacío desde que tienes a tu hijo Pau estudiando fuera?

N.R.: Pues, regular. Pau es un niño que se hace notar mucho y su ausencia pesa. Estoy deseando que llegue finales de junio para que vuelva.

P.: Y Olivia es ya una adolescente.

N.R.: Está igual de alta que yo, guapísima, ¡y con el pavo muy subido, ja, ja, ja! Creo que su adolescencia va a ser más complicada que la de los chicos.

P.: Respecto a la boda de Tamara, ¿os ha llegado ya la invitación?

N.R.: Todavía no. Será un día muy feliz para ella, estoy segura. Tamara es fantástica, tiene un corazón enorme y es muy inteligente. Y me alegro de que haga lo que apetece.