Paloma San Basilio, a sus 74 años: "Aún me quedan muchas cosas por hacer"
A sus 74 años, la cantante Paloma San Basilio está recorriendo el país con 'Gracias Tour', un espectáculo especial, que lleva a cabo con Ivana, su hija

La cantante Paloma San Basilio tiene varios proyectos para cuando acabe la gira de despedida.
Tras cincuenta años de carrera musical, Paloma San Basilio se despide de los escenarios por todo lo alto. Lo hace con una gira mundial llamada 'Gracias Tour' que ya está en marcha y que los días 5 y 6 de junio recalará en Madrid, en el contexto del Universal Music Festival.
Con motivo de esta despedida, que la intérprete de 74 años dejó bien que no es por agotamiento sino por una necesidad de abordar otros retos y aprender cosas distintas, pudimos hablar con ella en el UMusic Hotel Teatro Albéniz, el escenario donde se despedirá del público madrileño.
“Me voy porque tengo otras muchas cosas por hacer”

PRONTO: ¿Tienes claro que ha llegado el momento de decir adiós? ¿No te estarás equivocando?
PALOMA SAN BASILIO: No, yo cuando tengo claras las cosas las llevo a cabo. Y es un momento perfecto porque hago cincuenta años. Todavía disfruto mucho sobre los escenarios, puedo hacer cosas distintas -este concierto lo es por su formato, su concepto virtual o su repertorio- y la verdad es que tengo todavía muchas cosas por hacer. Lo bueno es que me voy porque tengo muchas otras cosas que hacer. Soy todo menos edadismo, y creo que con la edad las personas tienen muchas otras opciones y a mí me quedan por desplegar muchas otras alas. Me quedan cosas por hacer que me van a ayudar, sobre todo, a aprender.
P.: ¿Cómo te están sabiendo estas despedidas? Ya que esta gira lleva en marcha unos meses.
P.S.B.: Está siendo muy bonito, me estoy sintiendo muy a gusto. También es que el show es muy bonito, tengo un equipo de gente fantástico. Además, viene mi hija conmigo y eso me ayuda, tener la posibilidad de compartir esta última gira es muy bonito, aunque nos peleemos en las habitaciones cuando viajamos por la ducha, ja, ja. Es algo que las dos nos debíamos recíprocamente, es una ocasión única de compartir madre e hija. Hay momentos que me da como un poco de pena, pero creo que hay que irse de los sitios cuando hay que irse.

Con su hija.
P.: Tu hija es, además, tu coach. ¿Cómo te ayuda?
P.S.B.: Ella consiguió una beca en una importante escuela de Berkeley por la voz, canta maravillosamente bien. De hecho, me hace los coros, además. Yo tengo una disciplina regular, yo no trabajo la voz como debería todos los días. Ella es todo lo contrario. De vez en cuando le digo que vamos a trabajar un poco y me recoloca la voz. Me corrige. Es buenísima. Me ayuda en todo, en la producción, en coordinar con músicos… y en un montón de cosas. Además, es un gusto porque te sientes acompañada, viajar en familia, que eso es no lo normal.
P.: ¿Te has quitado con ello la espinita de haber estado más ausente como madre?
P.S.B.: Yo creo que la conciliación es complicada. Yo empecé a cantar cuando era madre. Además, me separé muy pronto, con lo cual aquello era tremendo. Pero el ser madre me ayudaba a ponerme en mi sitio. Cuando todos los que empezaban conmigo, que éramos muy jóvenes, y se iban a las discotecas, yo a mi casita. De beber nada, por supuesto drogas ni de cerca; había una sensación de responsabilidad muy fuerte. Creo que eso te ayuda a centrarte y a elegir cómo quieres andar ese camino porque no lo andas tú sola, lo andas con alguien.

P.: Esas partes que quizás te perdiste con tus hijos, ¿las estás compensando de alguna forma con tu faceta de abuela?
P.S.B.: Sí. Para mí lo de ser abuela lo agradecí, es como una segunda maternidad. Realmente es como una maternidad, pero distinta. Una maternidad adulta, pero ya con todo el equipaje que llevas ya no hay esos huecos, esos agujeros, porque tú ya estás rematada. Ser abuela es una de las cosas mas maravillosas que te pueden pasar.
P.: ¿Alguno sigue tus pasos?
P.S.B.: No, creo que están en ese momento de búsqueda. Cantan los dos que te puedes morir, Alma tiene una voz espectacular y a Neo le encanta hacer música, tiene su aparato en su cuarto y se pone a hacer música. Está estudiando para ser ingeniero y Alma está estudiando algo que tiene que ver con la asistencia social y con la ayuda. Y, al mismo tiempo, está en un Starbucks de manager que le encanta mandar y organizar. Están en otro mundo.
“Soy tan independiente que compartir mi vida con alguien me cuesta”

P.: Cincuenta años de carrera, ¿hay algo de lo que te sientas especialmente orgullosa?
P.S.B.: Haber llegado hasta aquí indemne. Que no me haya traicionado demasiado a mí misma, que haya sido coherente con lo que he hecho y que siga conservando la esencia de lo que soy, de lo que fui y de lo que quiero seguir siendo.
P.: En tu caso, haciendo caso a tu canción, “la fiesta terminó”?
P.S.B.: No se termina, puesto que mientras uno tenga ganas de hacer cosas, imaginación y creatividad, inquietud e ilusión, y esté bien físicamente… es muy importante la salud. Yo es que tengo una salud de hierro, nunca me duele nada, en eso no pienso. Ahora voy a sacar mi tercer libro en abril, de ficción, que estoy muy ilusionada. Luego Juan Carlos Rubio está escribiendo una obra para mí, que se llama “Dulcinea”, que tiene que ver con el personaje de Dulcinea y la vamos a estrenar en noviembre. Cuando termine la gira, en septiembre, me centraré en todo esto. Y en viajar.
P.: ¿Cuál es el secreto para esta salud de hierro?
P.S.B.: Yo creo que es genético. A pesar de que en mi familia, mi padre y mi hermana han tenido infartos, y mi hermana tuvo un cáncer, somos genéticamente muy fuertes. Mi hermana Maite murió cuando estaba desarrollando Alzheimer con el rollo del covid. Se hicieron un lío con las vacunas y con todo, yo creo que fue por el covid, sino no se habría muerto. Yo no la recuerdo en cama con fiebre. Mi hermana era mi segunda madre, me llevaba a mí trece años. Eso te ayuda mucho. Pero, de todas formas, yo no soy nada quejica. Nunca estoy mirándome el ombligo. Si me duele algo, no le hago caso y se me pasa.

P.: ¿Te sientes lo suficientemente reconocida?
P.S.B.: Yo, sí. Cuando empecé no buscaba reconocimiento, buscaba un trabajo y algo que fuera bonito. Que la gente venga a verme y llenen los teatros me parece un privilegio. No me quejo porque de todo lo que he hecho en general, la gente ha respondido. He tenido la Medalla de Oro de las Bellas Artes. Yo me siento muy bien.
P.: Hace años dijiste que renunciabas a la vida en pareja, ¿sigues igual?
P.S.B.: Sigo igual. La teoría platónica de la media naranja no la comparto. Yo creo que soy una naranja entera. Creo que la vida en pareja es maravillosa, cuando realmente se da que sea maravillosa. Cuando no es plena y enriquecedora… yo veo parejas que si que me dan envidia y veo muchas que no me dan ninguna. Yo soy muy independiente, además, y compartir mi día a día con alguien me cuesta mucho.