Raffaella Carrà dio su herencia más solidaria en vida a una entidad de la Toscana
La cantante Raffaella Carrà ha donado un inmueble a una asociación de voluntarios de su Italia natal
La pérdida reciente de Raffaella Carrà ha supuesto no tan sólo la desazón de sus fans, repartidos por todo el mundo, sino también la desaparición de un alma caritativa que ha demostrado su generosidad, casi siempre de forma anónima, colaborando con diferentes iniciativas solidarias.
Gracias al largo testimonio de Roberto Cerulli, responsable de la Confraternita di Misericordia de Porto Santo Stefano, una entidad centrada en la ayuda social y sanitaria ubicada en esta localidad turística de la Toscana, se ha revelado la reciente cesión a esta asociación de un inmueble de 160 metros cuadrados y cinco metros de altura que la artista utilizaba como gimnasio, para mantenerse en forma. Raffaella tenía una villa en Cala Piccola, muy cerca de Porto Santo Stefano, y permanecía muy atenta a las necesidades de la entidad desde que la conociera a raíz del naufragio del crucero Concordia, en el 2012.
Donó un respirador cuando más falta hacían
Cuando aún era un secreto celosamente guardado la grave enfermedad que la italiana padecía y que causó su muerte, Cerulli recibió una llamada. “Roberto, soy Raffaella, pensé en una cosa", le dijo. "Me gustaría regalarte una de las propiedades que tengo en Porto Santo Stefano. Puedes hacer tus actividades allí”, prosiguió.
Pese a la insistencia de Cerulli, su benefactora no aceptó ningún tipo de agradecimiento. Tampoco accedió a que se hiciera un comunicado informando de su generoso obsequio. Su encuentro posterior en el notario dejó una honda huella en Roberto, ya que “su presencia se caracterizó por la hospitalidad, la disponibilidad y la dulzura”.
Sin embargo, “en esa reunión tuve un extraño presentimiento; a pesar de su dinamismo habitual, se quedó con gafas oscuras y una mascarilla bien ajustada.... Parecía querer esconder algo, y quizás, a la luz de esta tragedia, creo que quería guardar su feo secreto más para sí misma que para mí”, explica Cerulli.