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Rocío Carrasco, los capítulos más desconocidos de su vida: una herencia maldita

La nueva colaboradora de Sálvame se enfrentó en sólo cinco años a la muerte de sus padres, primero la de Pedro Carrasco, y después la de su madre, Rocío Jurado

Rocío Carrasco con su madre, el día que la cantante anunció, en el 2004, que tenía cáncer.

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En la vida de Rocío Carrasco las sonrisas siempre se han difuminado fácilmente. La joven conoció pronto la fragilidad del amor con su matrimonio con Antonio David Flores, y después de luchar por la custodia de sus dos hijos, Rocío y David, en los tribunales, saliendo victoriosa, supo de la fragilidad de la existencia, pues en el 2001 falleció su padre, Pedro Carrasco, de forma repentina.

Fue el 27 de enero del 2001. El exboxeador sufrió un infarto que acabó con su vida mientras estaba solo en su casa de Madrid, preparándose para ir a recoger a su segunda esposa, Raquel Mosquera, a su peluquería. Pero nunca llegó.

Rocío con Fidel y Ortega Cano en el entierro de su madre.

Aquella muerte dejó a Rociíto destrozada. Su padre había sido un aliado durante toda su infancia y adolescencia y, a pesar de sus diferencias –Pedro llegó a sacar las maletas de  Fidel a la calle cuando ella estuvo hospitalizada tras el accidente de coche que sufrió en febrero del 2000–, el amor paternal que le profesaba era incondicional.

Raquel Mosquera, la viuda de Pedro Carrasco, deshecha, en el funeral por su marido.

De hecho, como explicó en su docuserie, Rocío, contar la verdad para seguir viva, poco antes del fallecimiento de su padre, tuvieron una conversación, pausada, en la que él se disculpó con Fidel y a ella le dijo lo mucho que la quería. Luego, le explicó porqué actuó como lo hizo con su pareja. “Porque tenía miedo de que Fidel fuera igual que el padre impío (Antonio David)”, dijo Rocío ante las cámaras de Telecinco.

Rocío Carrasco con su padre y su segunda esposa, Raquel.

Un nuevo golpe: la pérdida de Rocío Jurado

No iba a pasar mucho tiempo hasta que la muerte volvió a merodear en la vida de los seres querido de Rociíto. El 1 de junio del 2006, cinco años después del fallecimiento de su padre, su madre, Rocío Jurado, "la más grande", enmudeció para siempre y nos dejó por culpa de un cáncer que le habían diagnosticado en el 2004.

Fue un durísimo golpe para Rocío que, desde ese momento, se enfrentó –y sigue enfrentada– a casi toda su familia por culpa de una herencia que se ha ganado el calificativo de maldita.

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