Rocío Carrasco: El desmoronamiento de la familia
El sueño de Rocío Jurado de tener una familia unida se convirtió en una pesadilla tras su muerte en junio del 2006
Después del fallecimiento de Rocío Jurado, el clan se desmoronó como un castillo de naipes. Y es que la artista de Chipiona era el nexo de unión entre todos y también la que sacaba adelante a toda su familia. "No era la hermana de Amador y Gloria, era la madre de todos", aseguró uno de sus diseñadores y de sus mejores amigos, Antonio Ardón. Así que cuando ella faltó, todo aquel universo, organizado a su alrededor, se sintió perdido y acabó por destruirse.
Pero, ¿qué pasó? ¿Por qué de la noche a la mañana los Jurado comenzaron una batalla mediática arrojando dardos envenenados a diestro y siniestro, sobre todo contra Rocío Carrasco?
Visto en perspectiva, hay tres factores que ayudaron al descalabro familiar. En primer lugar, las tensiones que provocó el testamento de Rocío Jurado –que no fue del agrado de varios miembros del clan, como sus hermanos, Amador y Gloria–; en segundo lugar algunas rencillas que venían acumulándose desde hacía años y, por último, pero no menos importante, sobre todo para Amador, la gala televisiva 'Rocío siempre', que se emitió en TVE en diciembre del 2005.
Estas tres circunstancias, sumadas a lo largo del tiempo, destrozaron la frágil convivencia familiar y, si alguien se ha visto afectada por sus consecuencias, ésta es Rocío Carrasco, que ni se habla con Gloria Camila, ni con sus tíos ni con Ortega Cano. Son muchas las preguntas que surgen al tratar esta ruptura familiar. Por ejemplo, ¿cómo empezó esta guerra? ¿Quién fue el primero que marcó distancia, Rociíto o el resto de familiares? ¿Y tiene Fidel algo que ver?
Rocío Carrasco estaba cansada del circo mediático de la familia
Dicen quienes la conocen que Rociíto se alejó de los suyos cansada del circo mediático en el que se hallaban inmersos. En el 2007, cuando cumplió 30 años, tenía la sensación que la perseguía desde que casi era una niña: vivía demasiado deprisa, y cada año que transcurría le pesaba como si fueran 10.
Con la muerte de su madre, sumada al cansancio vital que acumulaba desde su tormentoso matrimonio con Antonio David, la mochila emocional que arrastraba se hizo tan pesada que prefirió desaparecer del mapa. Y eso aceleró el proceso de derrumbe familiar. Ella, que tendría que haber heredado, no sólo los bienes de La Más Grande, sino también su capacidad de aglutinarlos a todos, se sentía incapaz de hacer aquel esfuerzo. No podía. Y claudicó, apoyándose en Fidel, la única persona de la que se fiaba.