Rosario Porto: los secretos que escondía la madre de Asunta en la cárcel
La abogada gallega tenía más privilegios que otras reclusas, se enamoró de dos internos y jamás reconoció que ella y su exmarido hubieran matado a la niña
Rosario Porto y su hija Asunta.
El éxito que está cosechando la serie ‘El caso Asunta’ desde su estreno en Netflix revela que, pese a los 11 años que han pasado, este crimen, que, por su complejidad se estudia en las facultades de Derecho, sigue interesando. Sobre todo porque, pese a la sentencia condenatoria de los padres, Alfonso Basterra y Rosario Porto, nunca ha habido la completa seguridad de que ellos perpetraran el infanticidio el 21 de septiembre del 2013.
Rosario Porto: sus amantes y privilegios en la cárcel
Rosario Porto en los juzgados.
Con muchas incógnitas sin resolver, el programa ‘Y ahora Sonsoles’ habló con compañeras de prisión de la madre de Asunta. Una de ellas, Nuria, fue la presa de confianza de Rosario Porto durante ocho meses, que la definió como una persona ‘mortificada’ por su situación y que negaba haber matado a su hija.
Poseía “unos privilegios que no tenía ninguna interna”, como más libros y ropa interior que las demás, visitas cara a cara con su psiquiatra y abogados o su relación con el párroco.
Imagen del programa ‘TardeAR’, en el que una reclusa, de forma anónima, explicó aspectos hasta ahora desconocidos de la madre de Asunta.
En ‘TardeAR’, protegiendo su intimidad y haciéndose llamar Laura, la última reclusa que siguió los pasos de Porto en Brieva (Ávila) contó que la abogada gallega le había dicho que se enamoró en la cárcel de Teixeiro de dos internos: un uruguayo y una presa que le prestó apoyo, pero que se distanció de Rosario cuando un día, en el polideportivo, la sorprendió teniendo relaciones con el recluso.
Laura afirmó que la condenada, que tenía miedo de que otras presas le hicieran daño, le habló de su relación con Basterra: “Me dijo que él no era culpable, que no tenía nada que ver y que le daba lástima”. En ese sentido parece apuntar la correspondencia que Porto mantuvo con su exmarido cuando aún estaban en prisión preventiva y que ha dado a conocer ‘Y ahora Sonsoles’, donde se dirigía a él con cariño y confianza y le prometía que intentaría luchar para estar bien “para que el culpable o culpables paguen por lo que han hecho”. No lo cumplió: se suicidó en el 2020, cuando, según su presa-sombra, “estaba muy abandonada y me decía que iba a hacer algo porque no aguantaba más con la carga que llevaba”.
En el programa de Ana Rosa, Guscin aseguró que alguien tuvo que ayudar a Porto a mover el cuerpo de Asunta.
En el programa de Ana Rosa Quintana consiguieron hablar con Mark Guscin, la única persona que entrevistó en la cárcel a Rosario. Este escritor inglés tardó más de tres meses en lograr que lo recibiera pero, finalmente, pudo verse con ella en la prisión de A Lama (Pontevedra), donde, según él, desde el primer momento en que empezaron a hablar ella se echó a llorar, aunque no dejó de contestar a sus preguntas. Guscin, que contó que habían hablado de la infancia de Asunta para romper el hielo porque no se conocían de nada, cree que Rosario mató a su hija.
“El lorazepam es la prueba más clara que hay contra los padres, la drogaban, pero hubo al menos una tercera persona”, dijo el escritor convencido de que esa persona dejó el cadáver de la pequeña en la pista cuando los padres estaban denunciando su desaparición en comisaría. Sobre el móvil del crimen, la teoría con más peso para el escritor es que Basterra abusaba de su hija y que la mataron antes de que la niña lo contara.
Se vende la casa de Rosario Porto
La pequeña Asunta.
Por otra parte, la heredera de Porto ya tiene dos ofertas de compra por la casa de Teo (A Coruña), donde fue asesinada Asunta, por unos 200.000 euros. Una cantidad muy inferior al millón que Rosario pedía cuando, antes del suceso, vendía este chalet de 400 metros cuadrados en una finca de 10.000.