Samantha Vallejo-Nágera: una vida entre fogones, proyectos solidarios y el amor por su familia
La mediática reina de los fogones ha abierto por fin su último proyecto, Casa Taberna, un hotel y restaurante con encanto en el pueblecito de Pedraza (Segovia). Repasamos toda su vida
Samantha Vallejo-Nágera Déroulède nació en Madrid el 27 de octubre de 1969. Es hija del ingeniero José Ignacio Vallejo-Nágera y de la francesa Sabine Déroulède, propietaria de una agencia de modelos.
Tiene dos hermanos, Antonio y Nicolás (más conocido como Colate). La familia Vallejo-Nágera era una de las sagas más influyentes de la España de la posguerra y, gracias a Antonio Vallejo-Nágera, el abuelo de Samantha, destacó sobre todo en el terreno de la psiquiatría durante el franquismo.
Sus padres se separaron siendo aún niña y los tres hermanos se criaron en Pedraza, Segovia, con su madre y su segundo marido, el decorador Paco Muñoz, aunque nunca perdieron contacto con su padre biológico.
Samantha asegura que de su madre aprendió, además de repostería, "a ser positiva, alegre, solidaria, disfrutona y exigente", y de su padre heredó el desparpajo y la glotonería. "Siempre me llevaba a sitios baratos pero buenísimos", recuerda. Y a veces a lugares exóticos, ya que en uno de sus libros escribe que celebraron su Primera Comunión en un restaurante chino –algo poco habitual en aquellos años–, que acabó siendo todo un éxito. También comenta que los fines de semana, la familia se detenía en un bar de carretera de camino a la Granja de San Ildefonso sólo para disfrutar de unos boquerones en vinagre que, ha confesado, siguen siendo su plato favorito.
Del diseño de jardines a los fogones
Como hija de francesa, la matricularon en el Liceo Francés de Madrid y, al acabar, estudió Paisajismo, pero su destino cambiaría por culpa de una apuesta. "Estaba comiendo con un amigo, Mopi Horcher, dueño de uno de los mejores restaurantes de Madrid, y me dijo: “Tú no aguantas ni un minuto en una cocina profesional. Es un trabajo muy duro”. “¿Cómo que no aguanto?”, le dije. Me compré un uniforme de cocinera y allí aparecí. Eso fue lo que cambió mi vida". Sustituyó los jardines por los fogones y se quedó dos años en Horcher.
Luego viajó a Nueva York, donde vivió dos más sirviendo comidas a domicilio. "Era una empresa muy divertida que me inventé. Hacía gazpacho y paellas a domicilio. Me iba a Chinatown en patines para comprar los ingredientes y me encargaba de todo. Era muy folclórica", cuenta. No es extraño que la conocieran como Samantha de España, aunque a ella siempre le ha gustado que la llamen Samy. Así nació su faceta empresarial como chef que, en lugar de tener su propio restaurante, apostó por un negocio de "catering" para fiestas y eventos al que bautizó como Samantha de España Catering.
Feliz con su marido y sus cuatro hijos
Amaba tanto su libertad que tardó en casarse. Tras tres novios serios, a los 32 años, conoció al enólogo Pedro Aznar Escudero, al que familiarmente llaman Peru, y seis meses después, el 28 de abril de 2002, contrajo matrimonio con él.
Su marido siempre ha mantenido un perfil mediático bajo, odia salir en los papeles y poco ha trascendido de su personalidad. Peru es director comercial de la bodega Marqués de Riscal y, según Samantha, es "un hombre deportista, familiar, discreto, cariñoso y que huye del halago gratuito". Él aportó a la pareja una hija, Sara, fruto de su anterior matrimonio con Dolores Posadas, hermana de la escritora Carmen Posadas. La pareja se instaló en el madrileño barrio de Chamberí y tuvo cuatro hijos: Chloe (2003), Pedro (2004), Patrick (2008) y Diego (2011).
Su tercer hijo merece especial atención. Se llama Patrick –todos le llaman cariñosamente Roscón porque vino al mundo el día de Reyes– y nació con síndrome de Down. "No lo supe hasta que nació y los primeros días se me cayó el mundo encima. Ahora, os puedo asegurar que ha sido la única y la última mala noticia que me ha dado este niño en su vida. Pero, como todo, hay que vivirlo por etapas y digerirlo poco a poco. Y te das cuenta de que todos los padres de hijos con síndrome Down estamos superorgullosos de ellos y no los cambiaríamos por nada en el mundo", escribía en su blog.
Colabora con varias fundaciones
Su página web está centrada en la gastronomía, pero tiene un apartado dedicado especialmente al síndrome de Down, en el que intenta dar una visión positiva, consejos y apoyo para otras familias. La experiencia con su hijo le ha motivado a participar en todo tipo de labores filantrópicas y ha colaborado con muchas fundaciones como A la Par, que trabaja por los derechos de las personas con discapacidad intelectual; Mary’s Meals, una organización dedicada a la nutrición infantil; la Fundación Aladina, también la de Pequeño Deseo, y es madrina de la Fundación Garrigou.
Su forma de ser y cocinar no pasó desapercibida para los medios y le propusieron trabajar en Canal Cocina con su propio programa, "El toque de Samantha". En el 2013 le ofrecieron ser jurado de un nuevo programa que estaba triunfando en Francia y Australia, "MasterChef". Fue un rotundo éxito desde el principio y Samantha destacó por su carácter divertido, sus "looks" atrevidos y, por supuesto, por su conocimiento de la gastronomía, especialmente de los postres. El programa lleva ocho temporadas y reconoce que sus compañeros de jurado, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, "son ya parte de mi familia, les quiero muchísimo".
Mujer de su tiempo, es muy activa en las redes sociales, tiene casi 730.000 seguidores en Instagram y también ha creado un perfil para su gato Chef, que cuenta con más de 2.000 fans.
Cuando no está haciendo deporte, organizando eventos, en la tele o en algún acto benéfico, entonces, escribe libros. Y ya lleva seis. El que más le emociona es el dedicado a su hijo Patrick, "Samantha y Roscón" (Ed. Espasa).
Media hora de boxeo y 150 abdominales
Ella misma se define como "madre, apasionada de la comida y deportista". Acude diariamente a un gimnasio y su programa deportivo da miedo. "Cada día intento hacer media hora de boxeo, 150 abdominales y ejercicios para la rodilla. Si me da tiempo, también hago pesas", explica. Ha participado dos veces en el maratón de Nueva York y para relajarse practica yoga al menos una vez a la semana.
Samantha, que suele moverse con su moto Vespa de toda la vida, además de poner firmes a los concursantes de "MasterChef", sigue organizando "caterings" de bodas y eventos en casa de sus clientes o en alguna de sus dos fincas, Denatura, en Pedraza y donde pasó el confinamiento, y Dehesa de Valbueno, en Guadalajara. Ahora, por fin, aparte del "catering", tiene su propio hotel-restaurante, Casa Taberna, una casona castellana en la plaza Mayor del pueblo, lista para inaugurarse justo antes de la pandemia y que, tras varios aplazamientos, acaba de abrir sus puertas.