Sandra Blázquez, de ‘Física o química’: la actriz que lo dejó todo para montar una oenegé
Hace 10 años fundó la oenegé Idea Libre y, ahora, después de montar una escuela, quiere abrir un centro para niños con discapacidad
Sandra tiene claro que su objetivo en la vida es ayudar a los demás.
Tras diez años de lucha, ya son 339 los niños que a diario se alimentan y estudian en la escuela que ha montado Sandra Blázquez en Chumvi, Kenia, y su próximo proyecto es abrir un centro para discapacitados.
"De esto ya no puedes salir, es como ser mamá"
Sandra Blázquez, muy sonriente con dos de los muchos niños a los que ayuda.
Los pequeños niños de Chumvi, Kenia, a los que Sandra Blázquez ha dado una oportunidad para salir adelante gracias a su escuela, posiblemente no saben nada de las series de TV que hizo, entre ellas 'Física o química', o la carrera que forjó como actriz.
Pero nada de eso les ha hecho falta para convertirla en su ídolo. Y ella, ahora, ya no quiere otros fans ni otras historias que contar que las suyas.
Su socia, María Fábregas, con la que ha montado la oenegé Idea libre para ayudar a los niños de una aldea de Kenia a que tengan todas las oportunidades en sus vidas.
Hace diez años, la intérprete, junto a su compañera María Fábregas, montó la ONG Idea Libre cuando, desoladas por la situación que vieron en un orfanato de Marruecos, quisieron ayudar a mejorar la vida de esos niños. Pero el dueño las echó, no quería perder el dinero que los turistas le daban gracias a la pena que causaban esos críos.
“Teníamos dos opciones, o dejar de creer en el ser humano o buscar otros niños a los que ayudar”, nos cuenta Sandra, que un año después acabó con María en Kenia, en una remota aldea llamada Chumvi, donde vieron que los niños, demacrados, comían restos de basura cada dos días y vivían desnudos cubiertos de barro.
Sandra Blázquez y su compañera de oenegé, María Fábregas.
Solas, montaron una escuela que arrancó con dos pizarras y dos profesoras dando clases bajo los árboles a 80 críos. Hoy ya son 339 los chavales que comen dos veces al día y estudian en un colegio de diez aulas. No hubo guion que cambiara sus vidas, sólo la lucha y el coraje de dos chicas jóvenes que vieron posible cambiar el mundo.
Sandra Blázquez y María Fábregas están muy felices con este proyecto.
P.: Pero entregar la vida a una causa así es duro, y habréis vivido momentos complicados.
MARÍA FÁBREGAS: Yo sí que he tenido más crisis, sobre todo al principio, cuando llevábamos dos vidas: Sandra era actriz, yo trabajaba en una escuela infantil, y luego seguíamos con la ONG. Sin amigos, sin ocio, sin viajes, sin nada. Te ves con 28 años en eso y dices: “¿Dónde me he metido y por qué?”. Pero de esto ya no puedes salir, es como ser mamá. Ahora somos “mamás” de 339 niños y 48 trabajadores. Y a veces sí, la responsabilidad ahoga. Pero vale la pena.
PRONTO: ¿No te ha pesado dejar tu carrera, Sandra?
SANDRA BLÁZQUEZ: Es que me pesa tanto que un niño no pueda comer, y cargamos ya con tantas historias de tantos niños que duelen tanto, que sé que estoy aquí para ayudar, y no para ser actriz. No tengo duda. Mi foco ya está en la ONG.
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