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El Soro acaba de celebrar su 60º cumpleaños al lado de su esposa.

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Este 2022 está siendo un año muy importante para Vicente Ruiz, "El Soro". No sólo porque acaba de cumplir 60 años y 40 desde que tomó la alternativa en la feria de las Fallas de Valencia, sino también porque el destino le ha puesto delante una durísima prueba. Y es que su pierna izquierda corre peligro por culpa del empeoramiento derivado de la sepsis que le puso entre la vida y la muerte hace un año y medio.

La posibilidad de una amputación es real y será el 26 de este mes cuando los médicos tomen la decisión definitiva. "Estoy a la espera de saber si me cortan o no la pierna. Puedes imaginarte la preocupación. Es un problema de falta de riego sanguíneo, ya me operaron varias veces, y, ahora, tal vez tengan que amputármela para que la situación no vaya a peor. Existe el riesgo de que pueda haber otra infección muy fuerte y podría morir. Pero, si te soy sincero, no tengo miedo y si la solución es esa, tendré que aceptarla. Todo sea por alargar mi vida, porque me quedan muchas ganas de vivir y de luchar. Y de seguir toreando a la enfermedad".

En este enlace te lo contamos todo sobre la dura vida de El Soro. 

"Debo tener el récord mundial de anestesias generales"

PRONTO: Acabas de celebrar tu 60º cumpleaños. ¿Cómo lo estás llevando?

VICENTE RUIZ: No pasa nada. He pasado por mucho. He tenido tres infartos, una angina de pecho, una sepsis, cuarenta y tantas operaciones en la rodilla izquierda, cornadas… Debo tener el récord mundial de anestesias generales. Y el día 26 me pondré en las manos de Dios y que sea lo que él quiera.

P.: ¿Qué balance haces de tus cuatro décadas como torero?

V. R.: Sólo siento agradecimiento. Incluso, por ser el único superviviente de aquella corrida de Pozoblanco (Córdoba) en la que murió Paquirri. El Yiyo, que también toreó en esa plaza, falleció tiempo después víctima de una cornada. La vida me ha dado muchos golpes, pero sigo vivo, agarrándola por los cuernos, nunca mejor dicho.

P.: Tienes mucha fortaleza…

V. R.: Hay que tenerla, no queda más remedio. Además, las personas muy religiosas tenemos que dar ejemplo de valores a las nuevas generaciones. La vida hay que lucharla, el camino no es fácil y nunca hay que tirar la toalla.

"Que sea lo que Dios quiera", dice Vicente, que se aferra a la vida con una fortaleza admirable.

Sus hijos ya le han hecho abuelo

P.: Tu esposa, Eva, es un bálsamo de vida.

V. R.: Es mi noche y mi día. Fue mi primera novia, la vida nos separó y nos ha vuelto a unir. Ya llevamos 12 años juntos y ojalá me hubiera casado con ella cuando comenzamos a salir en nuestra juventud.

P.: ¿Ves a los hijos que tuviste durante tu matrimonio con Suzette, tu primera esposa?

V. R.: Viven en la ciudad californiana de San Diego y les vi hace poco. Están fenomenal. Ya me han hecho abuelo. La pena es que nos separan miles de kilómetros y no puedo estar a su lado todo lo que deseo.