Así superó Manuel Carrasco los momentos más difíciles de su vida
El cantante confesó hace un año que fue a terapia porque no era feliz
Si uno mira desde fuera la vida de los grandes artistas, la sensación que le queda es la de ver una vida llena de felicidad, alegría y buenos momentos. Incluso, nos atreveríamos a afirmar que tienen una vida fácil, llena de lujos y vacía de problemas. Sin embargo, en demasiadas ocasiones la realidad es muy distinta. Lo que ocurre es que la verdad no suele ver la luz, a no ser que, como Manuel Carrasco, el protagonista decida hacerlo público.
Hace un año que Manuel Carrasco abrió su corazón
Sobre estas fechas, hace un año, conocimos “la cara B” de la vida de Manuel Carrasco. El cantante hizo público en el suplemento ICON de El País lo duro que resultaron algunos momentos de su carrera artística.
Si todo hubiera seguido su curso normal, Manuel, nacido en Isla Cristina, Huelva, en 1981, probablemente no hubiera salido de su pueblo y llevaría una vida tranquila y humilde, nada que ver con los focos y los conciertos multitudinarios que cada gira llena en España y en todo el mundo. Sin embargo, el destino quiso que el concurso Operación Triunfo se cruzara en su camino en 2002 y que quedara en segundo lugar. A partir de entonces, la vida se le fue de las manos.
Los demonios de Manuel Carrasco
Fue en ese momento, cuando aparecieron los miedos de Manuel. “Estoy en una profesión que voy contra natura. No soy el tipo que quiera ponerse ahí en medio, no. Pero lo tengo que hacer. De alguna manera quería ser artista, pero no me hacía feliz. No disfrutaba haciendo discos ni en el escenario”, explicaba a ICON. De 2012 a 2016 Manuel se puso en manos de Dulce, una psicóloga que según él mismo asegura, le ayudó muchísimo. En aquella época, “leí bastante sobre el autoconocimiento, libros de autoayuda. Me empecé a conocer, a ubicar las cosas. Al miedo hay que enfrentarse y mirarlo a los ojos. En esta profesión no te puedes fiar. Es una profesión donde te regalan el oído, vives en un lugar falso de brillo, luces. No es un mundo real. Te rodeas de mucha gente que siempre quiere algo”, explica.
Un miedo siempre presente
La psicóloga le dio las claves para aprender a manejar sus miedos. Pero esas fobias siguen ahí, conviven con Manuel. Al menos, es lo que él mismo admitía hace un año: “Tengo el miedo siempre muy presente. Convivo con él. Es una pregunta que siempre está en mi cabeza: ¿Merece la pena esta vida?”.