Después de su boda en julio, la luna de miel de rigor y unas vacaciones por aquello de que era verano, Tamara Falcó sigue disfrutando de una de sus pasiones, los viajes, y ha estado en la Ciudad Eterna con su esposo, Íñigo, y los hermanos de éste, Alejandra y Jaime; su abuela, María Eugenia, y también su madre, Carolina Molas. Muchos se preguntarán cómo es posible que la marquesa, recién casada y aún con la ilusión propia de los primeros y chispeantes meses de matrimonio, no tenga reparos en viajar, no sólo con los Onieva, sino, sobre todo, con su suegra. La respuesta es simple: se lleva con ella a las mil maravillas, fenomenal, vamos. Hay que tener en cuenta que, además de compartir aficiones, como viajar y la gastronomía (Tamara es chef Cordon Bleu y Carolina es una foodie, le encanta comer y descubrir restaurantes), nuera y suegra sólo se llevan 13 años, ya que la colaboradora de ‘El hormiguero 3.0’ tiene 41 años y Carolina, 54.