Tamara Gorro emociona compartiendo una videollamada con su abuela desde el hospital

Tamara Gorro nos tiene acostumbrados a conocer su día a día y ver cómo comparte los acontecimientos más importantes de su familia, con la que se siente muy unida. Dos de los miembros más importantes para ella son sus abuelos, con los que intenta pasar tiempo todas las semanas y para los que siempre está cuando les sucede algo. Así lo vimos también ayer, día en que su abuela tuvo que someterse a una intervención que, por suerte, salió bien.

Lo que más preocupaba a la influencer eran las 48 horas siguientes a esta operación, en las que no ha podido estar presencialmente con ella, pero sí ha podido comunicarse por videollamada, tal y como ha compartido con sus seguidores. Una publicación que ha emocionado a todo el que ha visto el vídeo. Y es que la conversación no se escuchaba, Tamara ha colocado una emotiva música y ha acompañado el post con una reflexión sobre la situación actual.

Tamara Gorro empatiza con el dolor de tantos

“Y hasta que uno no lo vive, no es consciente del sufrimiento de los demás...Yo soy una gran afortunada porque mi yaya gracias a Dios está bien. Pero el simple hecho de no poder estar a su lado cuidándola es horrible”, ha explicado. Y es que sufre especialmente porque su abuela no tiene movilidad en estos momentos, pero sabe que está en buenas manos: “Pero sé que está muy bien cuidada, esas maravillosas personas que llevan toda la vida velando por nuestra salud, son los encargados de mimarla”.

Otro dato sorprendente es que… ¡Su abuela estrenaba móvil para la ocasión! La familia debe haberse ocupado de que tenga un modo de conectar con los suyos desde el hospital, teniendo en cuenta que las visitas están restringidas a causa de la pandemia. Tamara ha tenido también un recuerdo para todos aquellos que están sufriendo en estas circunstancias: “Otras tantísimas personas han estado y están en peores circunstancias por no decir terribles. Familiares enfermos, incomunicados, sin poder verles, cuidarles y en ocasiones por desgracia ni siquiera despedirse... Qué angustia, qué dolor, qué impotencia... Si hay alguien que me está leyendo y ha vivido o está viviendo esta terrible pesadilla, sentid mi abrazo fuerte reconfortante. Ojalá y esta nueva y asquerosa normalidad termine cuanto antes”.