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Teresa Perales, deportista paralímpica: “Seguramente acabaré nadando con un brazo solo en Tokio”

La lesión que tiene en el hombro se lo va a poner difícil en estas olimpiadas, pero su mente ya está puesta en París 2024, donde quiere igualar medallero a Michael Phelps

La nadadora se prepara para los próximos Juegos de Tokio.

A.M

Su valentía y tenacidad carecen de límites: ella dice divertida que es porque es maña y por tanto cabezota, pero no hay duda de que algo más que su origen se esconde tras los méritos de Teresa Perales, la nadadora paralímpica premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2021 que, tras triunfar en cinco juegos paralímpicos y acumular 26 medallas, ya cuenta los días con nervios y emoción para viajar a Tokio, a donde aterrizará a mediados de agosto. 

Esta vez sabe que no va a hacer historia ni a igualar en el medallero a Michael Phelps, lo cual es una de sus metas, pues tiene una importante lesión en el hombro que parece que esta vez la alejará del podium. Sin embargo, ella no se rinde. No lo hizo a los 19 años cuando una neuropatía la dejó en silla de ruedas y por supuesto no va a hacerlo ahora. Teresa tiene claro que va a darlo todo, aunque la situación de su hombro le pueda causar ciertas complicaciones en el agua. “Va a ser muy complicado que pueda estar perfecta antes de los Juegos, pues tuve una luxación aguda en el Campeonato de Europa: entrenando después de la tercera prueba se me salió el hombro y desde entonces se me sale. No me da tiempo a hacer una cirugía así que mi lesión me lo va a poner muy difícil en Tokio y todo apunta a que nadaré con un brazo en lugar de con los dos”, nos contó resignada Teresa, con la que pudimos hablar en Madrid con motivo de la presentación del Instituto Nacional del Asma Grave, que ella amadrinó.

“Ya me llevo una medalla puesta a Tokio”

“Yo tengo asma desde los 4 años, un asma leve, así que por suerte no me ha condicionado, pero he vivido con ello desde pequeñita. Muchos deportistas tenemos asma, y curiosamente más nadadores de lo que la gente piensa. Se puede tener asma y ser deportista de alta competición sin ningún problema”, nos dijo.  

PRONTO: Teresa, ¿cómo vives esta cuenta atrás para Tokio?

TERESA PERALES: El equipo paralímpico español se ha comprometido a hacer una cuarentena de quince días, estaremos encerrados en un centro de alto rendimiento antes de irnos. Luego nos iremos en vuelo charter y nos someteremos a protocolos súper estrictos con PCR cada dos por tres. Pero yo doy las gracias sólo por permitirnos ir. Los deportistas vamos a demostrar una gran responsabilidad.

P.: ¿Qué sentiste al escuchar a Abel Antón?

T.P.: Primero me llamaron de la fundación y me avisaron de que me iba a llamar Abel Antón para comunicármelo oficialmente. La emoción me embargaba, el corazón lo tenía en la boca, yo ya empezaba a llorar. Es lo más emocionante del mundo.

P.: ¿Dirías que fue el momento más feliz de tu vida? 

T.P.: ¡A una madre no le puedes preguntar eso, ja, ja! Pero sí fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida, seguro.

P.: ¿Qué te dice tu hijo, que ya tiene once años, y cómo son los ánimos que te dan los tuyos?

T.P.: Está muy orgulloso. Mi hijo además es muy expresivo y tiene la generosidad de decirte las cosas como las piensa, me dice: “Mamá, eres una campeona” y me muchas cosas bonitas que me dan aliento y fuerza, y me suben en una nube. Ahora a verme con la lesión me dice que soy una campeona y muy valiente. 

P.: ¿Él ha heredado el talento para la natación?

T.P: Lo tiene para el basquet. Nadar le gusta, pero el baloncesto más, y a mí me encanta.

P.: ¿Te podrá acompañar a Tokio?

T.P.: No, estaba todo organizado pero han dicho que no puede haber público extranjero. Con lo bonito que es el calor de la gente allí…

“La forma de poner en valor la vida es aprovechar las oportunidades” 

P.: Veintiséis medallas olímpicas… ¿Cómo se logra todo eso?

T.P.: No rindiéndose, siendo muy cabezota. A mí siempre me ha gustado no rendirme, la forma de poner en valor la vida es aprovechar las oportunidades, por muy incómodas y difíciles que puedan ser a veces, porque los retos al final no dejan de ser retos, y a veces son cambios que te pone la vida en forma de lesión, discapacidad o enfermedad. Pero a mí me gusta no rendirme.

P.: ¿Ya pensabas así cuando a los 19 años te vino la neuropatía y te quedaste en silla de ruedas?

T.P.: ¿Sabes qué pasa? Mi padre murió cuando yo tenía 15 años y el tenía 45. Ahí aprendí que la vida continúa incluso sin ti, y de que tienes que hacer porque tu vida merezca la pena. Él no pudo elegir si se moría o no, tuvo una enfermedad y perdió la batalla, pero yo elijo lo que hago con cada segundo de mi vida. Por eso no me rindo, lo que quiero es disfrutar del camino. Yo doy las gracias cada día cuando me levanto y cuando me acuesto, y sonrío siempre. Tengo muchos motivos para sonreír. 

Teresa en una imagen promocional.

P.: Y tienes la mente puesta en París. ¡No hay quien te retire!

T.P.: No. Antes de París, no. Ya pensaba de todas formas en París antes de Tokio, pero ahora más. Yo no me puedo quedar con este sabor de boca. Yo tengo que retirarme compitiendo con posibilidades de ganar medalla. 

P.: ¿Qué piensas dentro del agua, al competir?

T.P.: Antes de tirarme al agua sonrío. Y compitiendo me sale la versión más animal que tengo, todo lo que he entrenado física y mentalmente se convierte en un acto reflejo. Me empodero yo sola cuando compito, soy una competidora nata.    

P.: ¿Y cómo te preparas mentalmente para la derrota?

T.P.: Eso es algo natural, viene, es ley de vida. El no ganar, que no es fracaso, es una ley natural y viene aunque no la quieras. Pero yo para lo que me preparo siempre es para ganar, aun sabiendo que hay un escenario posible, que es que pueda no ganar. Pero no es un escenario dramático, ¡las demás tienen derecho también a ganarme!