Recientemente hemos coincidido con la baronesa Thyssen en un evento en su querido Sant Feliu de Guíxols (en la Costa Brava catalana). Se mostró especialmente simpática, por lo que pudimos conversar con ella largo y tendido sobre lo divino y lo humano.
Tita Cervera no evitó contestar a preguntas sobre sus problemas familiares, que al parecer, poco a poco, van quedando atrás; la polémica que envuelve a su hijo Borja con Hacienda, que le pide hasta tres años de prisión y un millón de euros de multa; lo mucho que han crecido sus hijas mellizas, Carmen y Sabina; y sus nuevos anhelos de volverse a dedicar, a sus 76 años, a una de sus grandes aficiones: la pintura.
«Quiero volver a pintar, una aficioÌn que tengo desde hace muchos años, con la intencioÌn de exponer los cuadros y su- bastarlos para obras solidarias. Una vez hice una subasta de uno de mis cua- dros..., pero yo misma lo pagueÌ y me lo quedeÌ, ja, ja, ja, es que era el primero que habiÌa pintado, en Jamaica. AprendiÌ a pintar yo sola y he ido evolucionando desde el arte naif a maÌs abstracto, aunque, en realidad, todos los pintores son abstractos porque te «abstraes» de don- de estaÌs. Si estoy pintando y me llaman por teleÌfono es como si volviera de otro sitio. Ahora haciÌa dos años que no tocaba un pincel por falta de tiempo, asiÌ que me hace ilusioÌn intentarlo de nuevo este verano. Me gusta hacer cuadros «limpios», soy muy perfeccionista».
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