Tito Valverde, el entrañable actor, cumple 71 años. Repasamos su interesante vida
Este queridísimo actor abulense, muy recordado por su papel en la serie "El Comisario", no piensa, por el momento, en la jubilación aunque hoy sopla 71 velas. Famoso por la televisión, ha trabajado también en el cine y el teatro. Te contamos su vida.
Fernando García Valverde nació en Ávila el 26 de abril de 1951. Fue el menor de los tres hijos de un matrimonio humilde formado por un funcionario del sector sanitario y una ama de casa.
Desde pequeño, fue un niño muy movido al que le encantaba jugar con sus amigos y también con sus hermanos, sus mejores aliados cuando, en el colegio, otros alumnos se metían con él. "Le decía a mi hermano José: “Éste me ha insultado” y enseguida me defendía. Mi hermano mayor impone. Nosotros también discutíamos, pero ni él ni Mica me han podido pegar porque yo echaba a correr y siempre iba más rápido que ellos", recuerda.
Sobresaliente en Educación Física
El niño, al que pronto todos empezaron a llamar Tito, se educó en un colegio religioso. Extrovertido, revoltoso y no demasiado buen estudiante, tan sólo sobresalía en la asignatura de Educación Física, su preferida.
Las únicas horas de la semana en las que permanecía quieto y concentrado eran las tardes de los domingos, cuando la familia acudía al cine y el pequeño se quedaba absorto con lo que sucedía en la pantalla. Su fascinación por aquellas historias de ficción y sus protagonistas le llevaron a querer ser actor.
Se apuntó a un grupo de teatro de aficionados, pero como sus padres le conminaban a estudiar una carrera, también se matriculó en la universidad para ser aparejador, una profesión que le gustaba a su madre. En el primer curso, Tito ya se dio cuenta de que aquello no era lo suyo, y que, de hecho, hubiera preferido ser profesor de Educación Física. "Se me daba muy bien el deporte. ¡Tenía facultades! ¡Pegaba unos saltos! Si hay algo en lo que destaqué fue en eso, obteniendo cuatro matrículas de honor. No me dediqué porque, a la hora de decidir mi futuro, también me gustaba la idea de hacer casas", ha relatado.
Durante sus tiempos de estudiante universitario, siguió vinculado al teatro en el grupo de la OJE, con el que representó obras por diversos puntos de la geografía española. En una ocasión representaron una obra de Alfonso Sastre en Jaén y entre el público se encontraba Ángeles Rubio-Argüelles, que había estado casada con el dramaturgo Edgar Neville, conde de Berlanga de Duero. La exaristócrata, que tenía una escuela de Arte Dramático en Málaga, reparó en el talento de Tito Valverde y le propuso que se convirtiera en alumno suyo, sin preocuparse por los gastos, que pagaría ella. El joven aceptó a pesar de las reticencias de su madre, que no veía con buenos ojos su decisión de irse y ser actor.
Terminada su formación en Málaga, hizo el servicio militar y, posteriormente, decidió instalarse en Madrid con la intención de ganarse la vida con la interpretación. El director José Luis Alonso fue el primero en darle una oportunidad, llamándolo para pequeños papeles en los que no tenía texto. A Tito le daba igual porque aquellos trabajos le permitían ver de cerca a los grandes y aprender de ellos. "Yo he vivido eso de saberse todos los papeles de escucharlos entre cajas, y no es que estuvieras esperando que alguno de los principales se pusiera enfermo, pero sabías que, si eso ocurría, tenías que estar listo para lo que se terciara", ha explicado.
A mediados de los años 70, Valverde empezó a ser secundario de actores de la talla de Alberto Closas, con el que coincidió en las obras "¿Por qué corres, Ulises?" y "El atentado". El veterano intérprete elogió su talento. "Chaval, eres un gran actor. No te estropees y piensa que no hay papeles pequeños", le dijo Closas, palabras que quedaron grabadas en la memoria de Tito.
Casi 40 años con su mujer, María Jesús Sirvent
Dispuesto a probar suerte en el cine, el joven también solicitó trabajo en diversas productoras hasta que Antonio Mercero le ofreció participar en "La guerra de papá" (1977), película en la que interpretaba al novio de Vítora, personaje que encarnaba la tristemente desaparecida Verónica Forqué, con la que volvería a formar pareja artística años más tarde.
Tras su debut cinematográfico, Valverde compaginó el teatro con intervenciones en series de televisión. En 1983, representó en el Teatro Bellas Artes de Madrid la obra "Cassandra", en la que compartía protagonismo con María Jesús Sirvent. "Éramos los marqueses de Castañar, bailábamos un vals al final y surgió lo que tenía que surgir. Desde entonces, no nos hemos separado", recuerda el actor, que lleva casi 40 años con la mujer que, poco después, se convertiría en su esposa.
Muy popular gracias a la serie "Pepa y Pepe"
El cine volvió a llamar a su puerta en 1986 cuando José Luis Cuerda le ofreció participar en "El bosque animado" y, con el mismo director, repitió en "Amanece, que no es poco" (1989). En 1993, ganó el Goya como mejor actor de reparto por su papel en "Sombras en una batalla", de Mario Camus.
Durante la década de los 80 y los 90, también se dedicó al doblaje.
Consagrado como uno de los mejores secundarios del cine y la televisión, Tito Valverde se hizo popular entre el público gracias a su papel en "Pepa y Pepe", serie que contaba las peripecias de una familia de clase media. En ella, el actor compartió protagonismo con su vieja amiga Verónica Forqué.
Además de granjearle el cariño de los espectadores, el éxito de esta ficción televisiva le abrió las puertas de numerosos proyectos, como "Todos los hombres sois iguales", serie en la que trabajó con su esposa. El hecho de que ambos fueran actores no facilitó que tuvieran descendencia. "Siempre estábamos de aquí para allá y pensamos que con el sueldo tan justito que cobrábamos no podríamos dar a un hijo el futuro que nos hubiera gustado", ha afirmado.
Un buen amigo del comisario de Chamartín
La consagración de Tito Valverde llegó en 1999, el mismo año en el cumplía 48 años, cuando le ofrecieron encarnar al comisario Gerardo Castilla en una ficción policíaca que hizo historia en la televisión, "El comisario". El actor se puso durante una década en la piel del personaje, para el que se preparó a conciencia. "Establecí una muy buena relación con el comisario de Chamartín, un tío muy cariñoso y majo que se ofreció para darme cualquier tipo de información. Le hice las preguntas típicas: qué tipo de vida lleva un policía de este rango, qué tipo de casa tiene...", recuerda.
Finalizada la emisión de la exitosa serie, Tito Valverde pasó cierto tiempo alejado de la profesión, pero no por voluntad propia. "Hasta que me recuperó Gracia Querejeta para “15 años y un día” (2013) me pasé siete u ocho años sin hacer cine. Fue el precio que pagué por un papel tan definido como el de “El comisario”", ha declarado. Su regreso a la gran pantalla estuvo acompañado por una nominación al Goya como mejor actor protagonista, que supuso un nuevo impulso a su carrera.
En el 2014, Valverde participó en la primera temporada de la serie "Velvet" y, el mismo año, encarnó al malísimo Enrique Vergel, de "Sin identidad". También ha aparecido en otra exitosa ficción, "El Príncipe", en un papel que era un guiño a la serie que lo catapultó a la fama. El actor daba vida a un Gerardo Castilla retirado de la policía que había sido contratado como jefe de seguridad de la Casa Real.
A partir de entonces ha hecho varias películas y ha aparecido en series tan importantes como Matadero o la famosísima Alba, que actualmente emiten en Antena 3.
Además, Tito tiene un papel en la nueva serie de Antonio Resines y Miguel Rellán, "Sentimos las molestias". Así que el gran Tito Valverde acaba de cumplir 71 espléndidos años sin que se le pase por la cabeza jubilarse.