No todas las parejas pueden presumir de tener una relación que está a punto de alcanzar las dos décadas y que ha dado como fruto cuatro hijos por los que se desviven. Aunque éste es el caso de Victoria y David Beckham, está claro que la diseñadora y el exfutbolista interpretan de manera distinta lo que supone velar por la estabilidad de un matrimonio de tantos años.
«El matrimonio es siempre un trabajo duro. Tenemos hijos y los niños siempre requieren tu atención. Además, hay situaciones difíciles, como viajar, estar separado el uno del otro, pero lo haces funcionar», declaró el británico en una entrevista y sus afirmaciones se clavaron como un puñal en el corazón de su esposa, que se sintió humillada por sus palabras.