La vida de George Clooney (Capítulo 4 y último): su gran amor y su vida más familiar
Llegamos al final de la apasionante vida de uno de los mejores actores del mundo. ¡No te lo pierdas!
Actor, director y productor de éxito, admirado por mujeres y hombres de todo el planeta, solidario y comprometido... George Clooney nunca imaginó que, pasados los 50 años, la vida aún le tenía reservadas varias sorpresas, haciendo que la década posterior, hasta los 60 que acaba de cumplir, fuera intensa e inolvidable.
El 2013 fue su gran año, el que, seguramente, jamás olvidará, pues tres hechos lo marcaron con letras de oro en su calendario. Además de ser galardonado con su segundo Oscar por "Argo"; creó la empresa de tequila Casamigos con Rande Gerber (marido de Cindy Crawford) y un amigo, al que invitó a cenar en una calurosa noche de julio, le llevó la sorpresa que cambiaría su vida.
"Te vas a casar con ella"
La velada no pudo ser más fantástica, pues conoció a Amal, ambos congeniaron y estuvieron hablando hasta altas horas de la madrugada. Ella quedó en enviarle por mail unas fotos que le había hecho a sus padres y ésa fue la única vía de contacto que el actor tuvo con Amal en algún tiempo, pero no dejó de aprovecharla. Estuvieron escribiéndose hasta que, en octubre, ella lo invitó a Londres a cenar. Ese día, más de 50 paparazis fueron testigos de un amor que nacía y que ninguno de los dos quiso esconder. Sabían que eran el uno para el otro.
Y es que Amal no sólo era una cara bonita. Inteligente, perspicaz y con sentido del humor, se había licenciado en Oxford y trabajaba en el bufete de abogados londinense Doughty Street Chambers, con clientes como Julian Assange, fundador de Wiki Leaks, o Yulia Timoshenko, exprimera ministra de Ucrania. Además, hablaba perfectamente tres idiomas –inglés, francés y árabe– y se había ganado del título de "Letrada soltera más sexy del Reino Unido".
Amal creyó que George bromeaba cuando le pidió matrimonio
Su noviazgo duró siete meses y, el 28 de abril del 2014, George dio un paso que había jurado no dar tras su fallido matrimonio con Talia Balsam. Habían disfrutado de una cena romántica preparada por él y sonaba una canción de la difunta tía de George, Rosemary, que decía: "¿Por qué no debería arriesgarme cuando el romance ocurre?¿Por qué no debería saber del amor?". Entonces, sacó un anillo y se arrodilló. Amal, atónita, estuvo 20 minutos sin responderle, porque se quedó en "shock" pensando que, dado el gran sentido del humor de su chico, todo era una broma. Al final, dijo que sí.
Cinco meses después, en septiembre, protagonizaron una de las bodas más románticas del siglo XXI. Su sueño era casarse en el lago Como, pero las insuficientes medidas de seguridad lo desaconsejaban, así que optaron por Venecia. Se gastaron la friolera de 10 millones de euros en un enlace que, aunque fue laico, tuvo la duración de una boda drusa –religión de la familia de la novia–.
El viernes 26, celebraron sus despedidas de soltero por separado y al día siguiente, se casaron en el exclusivísimo hotel Aman Canal Grande. Clooney llegó hasta allí vestido con un impecable esmoquin de Armani y a bordo de una lancha motora que se llamaba "Amore". La ceremonia fue sencilla, íntima y muy emotiva. Entre los 170 invitados estaban los actores Matt Damon, Emily Blunt, Bill Murray y el cantante Bono. Sin duda, uno de los momentos más inolvidables fue la aparición de la novia, que a sus 36 años, resplandeció con un modelo de Oscar de la Renta. Tras el "sí, quiero", llegó una suculenta cena, de 700 euros el cubierto, en la que destacaba una llamativa tarta nupcial de estilo "art decó". La fiesta se alargó hasta altas horas de la madrugada y, al día siguiente, la pareja ofreció un "brunch" a sus invitados en el hotel Cipriani. El lunes, George y Amal firmaron el acta matrimonial en el Ayuntamiento.
Tras una romántica luna de miel en Marrakech, el feliz matrimonio volvió a su vida, que se empezó a desarrollar a caballo entre Los Ángeles, el lago Como e Inglaterra, donde se compraron una mansión llamada Mill House en una islita del río Támesis, que se les ha inundado varias veces con las crecidas del río.
Pronto decidieron ampliar la familia, pero no como la prensa –que no dejaba de "embarazar" a Amal– quería. Le dieron la bienvenida a Millie, un perro de raza basset hound al que decidieron adoptar, al tiempo que acogieron en su hogar a un refugiado iraquí al que dieron estudios y un futuro mejor. Los rumores por fin acertaron y, a principios del 2017, la barriguita de la abogada ya era evidente. Alexander y Ella nacieron el 6 de junio de ese mismo año para acabar de darle un vuelco a la vida de Clooney.
Orgulloso papá
En una reciente entrevista con Jimmy Kimmel, contó que los niños hablan entre sí en italiano y que suelen decir "papà è un stronzo" –"papá es tonto"– y comen divinamente todo lo que él les cocina porque, como contó, "Amal es una gran abogada, que defiende los derechos humanos en casos dificilísimos por todo el mundo, pero, para cocinar, lo que hace bien son reservas en los restaurantes. Una vez quiso cocer un huevo sin agua".
De hecho, en la presentación de su última película como director, "Cielo de medianoche", explicó que, durante el confinamiento, estuvieron los cuatro solos en casa, sin ayuda, y tuvo que recuperar todas las habilidades que había desarrollado en su etapa de "soltero sin un duro" en Hollywood. "Coso mucho la ropa de los niños y algún vestido de mi esposa que se rasgó un par de veces. Hubo momentos en que hice 15 lavadoras en un día o pasaba la mopa por el suelo, y estas puertas las barnicé yo", dijo.
No quiere ser presidente
Esta faceta casera y ahorradora no es debida a la falta de dinero, pues en el 2017 vendió su empresa de tequila por 1.000 millones de dólares –aunque sigue involucrado en ella– y Hollywood le sigue llamando porque sabe que el apellido Clooney es sinónimo de éxito. A ese respecto, él ha declarado que desea dejar su poso con un cine de compromiso, pero detrás de la cámaras, pues asegura que "a mi edad, ya no puedo seguir interpretando al héroe que al final besa a la chica. Nadie querría verlo". Lo que no varía es su compromiso con las causas sociales y, aunque este reconocido demócrata siempre ha estado muy metido en política, afirma que no tiene aspiraciones de dedicarse a ello, por más que muchos digan "Clooney for president". Fiel a su espíritu bromista, comenta con sorna que no sería buen presidente porque "podrían aparecer fotos comprometedoras de mi pasado en cualquier momento".
A sus 60 años, George Clooney es un tipo feliz y con una vida de ensueño, que no se olvida de los más necesitados y que, según los rumores de la prensa estadounidense, pronto podría ampliar su maravillosa familia... ¡con otro par de bebés!