El 29 de abril del 2011 se celebró una de las bodas más esperadas del siglo: la del futuro rey de Inglaterra con su novia desde hacía 10 años, Kate Middleton, una joven plebeya, universitaria, guapa y con buen talante que enamoró también a los británicos. El príncipe Guillermo se le declaró en un romántico viaje a Kenia con el mismo anillo de zafiro y brillantes con el que su padre le había pedido matrimonio a su madre y, cinco años después, la duquesa de Cambridge sigue luciendo esa sortija a diario como un talismán que trae buena suerte a su matrimonio. La revista PRONTO repasa esta semana el primer lustro de casados de Guillermo y Kate. ¡Vuélvete a enamorar con ellos!