Esta semana, al ver la primera aparición pública de Carlos Falcó y Esther Doña tras haber pasado el marqués por comisaría tras un altercado con su actual mujer, nuestro colaborador, Jaime Peñafiel, nos habla de su querido amigo y de «sus mujeres».
«Carlos es uno de los aristócratas españoles más admirados y hasta querido», asegura Peñafiel. «Por su señorío, por su bondad, su empatía. Y, posiblemente también, por su mala suerte en el amor».
«Conozco la vida de Carlos gracias a Humildad Rodríguez, una mujer tan fiel y leal que, tras 20 años al servicio del noble, abandonó Arga 1, el famoso hogar familiar, cinco días después de que lo hiciera Falcó y cuando Isabel Preysler ya había abierto sus puertas a Boyer».
Humildad fue testigo de su vida conyugal junto a su primera esposa, Jeannine Girod, una mujer muy elegante pero con quien tenían una gran diferencia de caracteres que no podía cuajar. Y así fue como acabó llegando su divorcio.
«Humildad seguía con Carlos cuando éste conoció a Isabel Preysler en la primavera de 1978. Ella asisitó como invitada especial a su boda tan celosamente guardada. Llegó a pensar, ingenua, que aquel matrimonio sería para siempre». Sin embargo, la llegada de Miguel Boyer terminó con el matrimonio.
«Aunque no me gusta hacer predicciones futuristas, la historia de Griñón con Esther doña, mucho me temo, siga el camino de los anteriores matrimonios. ¡Ojalá me equivoque! Nada me gustaría más, por el afecto y admiración que le tengo».