El caso de María José Carrasco no ha dejado indiferente a nadie. Tras 30 años sufriendo una esclerosis múltiple que ya no le permitía moverse ni prácticamente hablar, le pidió a su esposo, Ángel Hernández que la ayudara a dejar de vivir. Él accedió a sus deseos y dejó constancia de todo el proceso en varios vídeos.
Su historia ha reabierto en nuestro país un debate que no estaba cerrado y es que, en España, tanto la eutanasia como el suicidio asistido siguen siendo un delito a pesar de que un 70% de los españoles está a favor de que se regulen.
Pronto ha hablado con Fernando Marín, médico de familia dedicado a cuidados paliativos y presidente de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) de Madrid y vicepresidente a nivel nacional. Se trata de la principal organización que defiende la despenalización de la muerte asistida y su regulación con garantías, y él nos ha ayudado a resolver dudas sobre el tema.
Fernando Marín nos ha dado su valoración de lo sucedido y asegura que «es un regalo que han hecho a la sociedad al dar testimonio de su situación y posición. Ángel podría simplemente haber llamado al médico diciendo que María José había fallecido y como enferma avanzada cualquier médico hubiera firmado el certificado de defunción sin mayor problema. En cambio, ha mostrado a todos ese acto de altruismo aunque suponga enfrentarse a un acto penal».
No te pierdas la amplia entrevista a Fernando en tu revista Pronto de esta semana.