En agosto de 2018, nacía en Japón un bebé prematuro de solamente 268 gramos. Inmediatamente, tuvo que ser atendido en la unidad de cuidados intensivos para neonatos, ya que su vida corría peligro por el poco tiempo que había estado en el vientre de su madre, tan sólo 24 semanas de gestación (cuando, lo habitual son 40).
El pequeño se ha pasado seis meses en el hospital de la Universidad de Keio, donde nació tras una cesárea de urgencia, hasta que ha alcanzado los 3,238 kilos, según ha confirmado el médico que ha estado a cargo de su cuidado, Takeshi Arimitsu.
Este bebé milagro se ha convertido en el niño más pequeño del mundo que sobrevive a un parto prematuro. Hasta ahora, el récord lo tenía un bebé nacido en Alemania en el 2009, que había pesado 274 gramos. En ese mismo país europeo, en el 2015, venía al mundo la que es, hasta ahora, la niña más pequeña, con 252 gramos de peso.
Según datos de Unicef, Japón es el país del mundo con menor mortalidad de recién nacidos y la tasa de supervivencia de bebés alumbrados con menos de un kilo es del 90%, y se reduce a un 50% para los que nacen con menos de 300 gramos.