Cruz Roja baja a la calle a los "atrapados" en sus casas por la DANA
Cruz Roja lleva a cabo la encomiable labor de bajar a la calle a los “atrapados” en las casas con los ascensores aún dañados
Cruz Roja sigue ayudando en la DANA.
Cada mañana se despiertan, se asean, se visten, desayunan y ven por la ventana cómo sus vecinos siguen con sus vidas mientras ellos permanecen encerrados en sus casas. Y así un día y otro y otro... durante casi cuatro meses, viendo pasar el tiempo lentamente y acumulando frustración y soledad.
10.000 son los elevadores dañados por la DANA
Gracias a las "sillasoruga", personas con movilidad reducida bajan a la calle, donde aún hay escombros, para encontrarse con gente como ellos y hacer actividades.
Miles de personas residentes en la zona afectada por la DANA que golpeó la Comunitat Valenciana el pasado 24 de octubre están viviendo un confinamiento similar al de la pandemia de Covid-19 debido a que tienen su movilidad reducida y, en las fincas en las que residen, los ascensores quedaron inservibles, pues la gran mayoría tenían su maquinaria en los sótanos de los edificios a los que pertenecen.
La patronal valenciana de los ascensores (Ascencoval) calcula que fueron unos 10.000 los elevadores dañados por la DANA, –aunque el gobierno valenciano no ha facilitado cifras– y ya avanzó que un tercio de esos aparatos tardarían entre varios meses y medio año en volver a funcionar con normalidad, pues, además del coste que supone la reparación (entre 40.000 y 60.000 euros), no hay suficientes instaladores en Valencia para hacer frente a la demanda. Por eso, el CERMI –Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad– valenciano pide que se dé prioridad a la reparación de los ascensores de fincas en las que hay personas con problemas de movilidad.
Cerca de 1.000 servicios gracias a las "sillas-oruga"
Mientras tanto, para ayudar a esos "prisioneros" a romper el muro de soledad que les aísla y les atrapa, Cruz Roja realiza cada día entre 30 y 40 servicios en los que baja a los afectados a tomar el aire a la calle y a relacionarse con otras personas.
Aunque los voluntarios realizan algunos de estos traslados "a pulso", la mayoría se pueden llevar a cabo más fácilmente gracias a las llamadas "sillas-oruga", que salvan escaleras, y de las que Cruz Roja cuenta con 11 unidades, aunque actualmente, valora la posibilidad de ampliar esa "flota".
Cariño a domicilio. Los voluntarios y voluntarias de Cruz Roja se preocupan de visitar todas las casas en las que hay personas "atrapadas" para ofrecerles ayuda y compañía.
Estos dispositivos han facilitado que, en los casi cuatro meses que han pasado desde la DANA, la oenegé haya podido realizar unos 1.000 servicios de este tipo.
Entre las personas que se benefician de esta iniciativa de Cruz Roja están desde menores con parálisis cerebral que deben acudir a sus centros educativos o asistenciales, hasta adultos con discapacidades diversas, pasando por personas mayores con problemas de movilidad.
Paseos que curan. Sobre todo para las personas mayores, salir a dar una vuelta ayudados por los voluntarios y socializar supone un gran beneficio para su salud mental.
Para estos últimos, muchos de los cuáles acudían a centros de reunión, a cursos o distracciones ofertados por el Ayuntamiento o a las sedes de las fallas de su barrio, Cruz Roja también organiza actividades que tienen como objetivo que los mayores mantengan sus mentes ocupadas y socialicen, algo fundamental para la salud y la estabilidad emocional de cualquier persona.