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Incendios en España: un bombero nos cuenta su duro trabajo

Mario Gastón, bombero forestal en la Comunitat Valenciana, reclama unas gestiones de los incendios más preventivas y una mejora de la situación laboral de su colectivo

Mario y sus compañeros en una de sus múltiples actuaciones.

Redacción

A lo largo de lo que llevamos de verano, los numerosos incendios forestales que se han declarado en España han arrasado más de 189.747 hectáreas, según datos del Sistema de Información Europeo de Incendios Forestales (EFFIS).

Es el peor verano de incendios de los últimos 15 años y, si la Administración no pone remedio, realizando labores de gestión preventivas y mejorando las condiciones de los bomberos, esta situación será un escenario cada vez más habitual.

Para saber un poco más sobre esta tragedia que asola nuestro país, en tu Revista Pronto hablamos con Mario Gastón, bombero forestal de la Generalitat Valenciana y delegado sindical de la SPPLB, el Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos.

Ya desde el año 2018, Mario y sus compañeros se manifiestan para una mejora en las condiciones de los bomberos forestales.

"Sólo se hace algo cuando ya está el incendio activo"

PRONTO: ¿Cómo estáis viviendo la actual situación de incendios en España?

MARIO GASTÓN: Con preocupación, especialmente en Castilla y León, y cierta resignación. Todavía nos estamos recuperando del palo que ha supuesto la muerte del compañero Daniel Gullón. Todos nos vemos reflejados en él y nadie, con 62 años, debería estar trabajando en primera linea de fuego. Hace tiempo que vemos cómo los veranos son más largos y cálidos y el clima es más extremo. Sin embargo, las políticas siguen siendo las mismas, con un enfoque poco planificado, sólo se hace algo cuando ya está el incendio activo. Y esto requeriría una gestión más preventiva, sobre todo por la actual situación de abandono rural.

P: ¿Dónde se desarrolla tu trabajo?

M. G.: En la Unidad de Bomberos Forestales de Yátova, en la Comunitat Valenciana.

P: ¿Cómo está siendo el verano en tu comunidad?

M. G.: En estos momentos el 112 está gestionando unos 80 avisos diarios de incendio.

Impactantes imágenes de unos de los incendios que han asolado el país.

"Nuestros bosques pronto se convertirán en un polvorín"

P: Sabemos que estáis muy afectados, no sólo por Daniel Gullón, vuestro compañero fallecido en un incendio en Castilla y León, sino por el pastor de Zamora que también perdió la vida.

M. G.: No olvidemos a José Antonio González, el técnico de limpieza que falleció por un golpe de calor mientras trabajaba. Porque son muertes que tienen como denominador común las condiciones extremas en las que se encontraban y que su rango de edad, entre 60 y 69 años, es el más vulnerable en estos entornos. Todos murieron trabajando o protegiendo su medio de vida y eso debe hacernos reflexionar. Las condiciones extremas en la que trabajamos los bomberos forestales no las podemos evitar, pero hay que implantar medidas que nos permitan jubilarnos a los 60 años, como ocurre con los bomberos públicos. Aprovecho para ofrecer mis condolencias a los familiares y amigos de los fallecidos, y enviar mucha fuerza a los que todavía están recuperándose en el hospital.

P: ¿Es el peor verano de incendios que recuerdas?

M. G.: En la Comunidad Valenciana ya sufrimos en el 2012 unos incendios devastadores que calcinaron 57.000 hectáreas y más de 200.000 en todo el país. Fue el peor año de este milenio. Sin embargo, el verano no ha terminado y llevamos un ritmo de hectáreas quemadas muy similar. Si las altas temperaturas continúan asolando el país, nuestros bosques pronto se convertirán en un polvorín. Sumado a los episodios cada vez más frecuentes y virulentos de tormentas secas, tenemos muchos factores para estar preocupados.

Los incendios en España captados por la NASA.

"Con la experiencia aprendes a leer el peligro"

P: ¿Cómo os preparáis para afrontar este tipo de peligros?

M. G.: De tres maneras diferentes. La primera es mediante formación especializada en incendios forestales y otro tipo de emergencias. El cambio climático nos obliga a estar preparados, no sólo para grandes incendios forestales, sino también para otros eventos como inundaciones, temporales de nieve, crisis sanitarias como la del COVID-19, terremotos y otras emergencias. Todo ello requiere de una instrucción inicial de varias semanas apoyada en una formación continua todo el año. Por otro lado, para afrontar ambientes tan extremos, tenemos una formación física diaria, con instructores deportivos y rutinas que nos permiten acostumbrarnos a esfuerzos de alta intensidad. Pero lo más importante, sin duda, es la experiencia acumulada en los incendios, que es donde aprendes a leer el peligro y a interpretar las situaciones de riesgo.

Las altas temperaturas en el país han aumentado considerablemente el riesgo de incendios.

"Un tercio de la plantilla podría perder su empleo en los próximos años"

P: ¿Estáis satisfechos con los recursos que tenéis o echáis en falta ayuda por parte de la Administración?

M. G.: Para nada. Tenemos el mismo modelo de mono de intervención desde hace 30 años y vehículos que ni siquiera pasan la ITV. Hace poco se quedó un camión sin frenos. Y algunos parques están inoperativos con los camiones en el taller. También tenemos que actualizar los trajes de intervención a modelos más ergonómicos y corporativos que nos identifiquen como profesionales de las emergencias. Esto es especialmente urgente en las mujeres, que para hacer sus necesidades deben desvestirse totalmente. Pero lo más urgente es un replanteamiento de los turnos de trabajo. En la mayoría de dispositivos sólo existen dos, por lo que la atención a la emergencia se sostiene mediante guardias abusivas a costa del tiempo libre del trabajador y su conciliación familiar. Dicen que se está trabajando en mejorar el servicio, pero la verdad es que hemos perdido la confianza en nuestros gestores, ya que tenemos un problema de estabilidad laboral enorme y un tercio de la plantilla podría perder su empleo en los próximos años.

P: ¿En qué medida os afecta la situación de la gente que tiene que abandonar sus casas?

M. G.: A todos se nos cae el alma a los pies cuando vemos a los vecinos abandonando sus viviendas y dejando todo atrás. Hemos estado en intervenciones desoladoras, viendo cómo ardían bloques de chalets en varias manzanas y no puedes evitar ponerte en la piel de esa gente.

"Lo más duro es perder a un compañero"

P: ¿Recuerdas alguna situación que te haya afectado en todos tus años de carrera?

M. G.: En el incendio de la localidad valenciana de Cortes de Pallás, que tuvo lugar en el 2012, vivimos situaciones frustrantes, con una velocidad de propagación desorbitada. En poco más de dos horas el frente recorrió 13 kilómetros. Una hora más tarde el incendio afectaba a una superficie de 3.000 hectáreas y tenía un perímetro de 31 kilómetros. Es desalentador ver que el fuego está fuera de nuestra capacidad de extinción y que corre más que tú. Pero lo más duro siempre es perder a un compañero. Yo he tenido suerte de no haber perdido a nadie de mi entorno, pero, por desgracia, todos los dispositivos tienen alguna cruz en el calendario.