Cerca de 2.000 víctimas mortales, miles de heridos de diversa consideración y otros tantos de desplazados que lo han perdido todo y, en estos momentos, luchan por sobrevivir, es el desolador balance de la última catástrofe que afronta Indonesia.
El pasado 28 de septiembre, la mayor de las islas Célebes sufrió un terremoto de una magnitud de 7,5 al que sucedió un tsunami que arrasó la costa. A estos dos fenómenos naturales se unió el devastador efecto de la licuefacción del suelo, un proceso muy inusual que convierte un terreno sólido en líquido y se traga, literalmente, todo lo que hay sobre él. Por si esto fuera poco, sólo cinco días después, el volcán Saputan entró en erupción a sólo 600 kilómetros de allí.
Pronto te cuenta esta semana todos los detalles de esta estremecedora catástrofe que precisa de ayuda internacional urgente y te acerca los testimonios más desgarradores.