Un libro escrito por una enfermera recoge los desgarradores testimonios de los sanitarios que luchan contra el COVID

Tu revista Pronto te ofrece esta semana un acercamiento a lo que médicos, enfermeras, auxiliares y personal sanitario en general están viviendo a diario dentro de los hospitales desde que estalló la pandemia por coronavirus. Un durísimo, pero también conmovedor, relato contado en primera persona por ellos mismos.

Ana Polegre, exenfermera tinerfeña conocida bajo el sello comercial de “Enfermera en apuros”, acaba de publicar un libro muy fácil de leer, pero difícil de digerir. Una obra ligera en lo visual, pero desgarradora en sus palabras.

“Coronavirus. Historias reales en primera línea de batalla” contiene más de cien relatos cortos escritos en primera persona por sanitarios que, de un día para otro, tuvieron que enfrentarse a algo tan terrible y desconocido como el COVID-19; que debieron darlo todo sin apenas medios de protección; que, a pesar de su miedo, doblaron turnos, multiplicaron sus esfuerzos, se alejaron de sus familias, se contagiaron e incluso fallecieron...

"Aquí se cuenta la verdad de cómo lo han pasado ellos"

Ahora, con secuelas psicológicas, “cicatrices invisibles” que no les dejan olvidar, necesitan y merecen ser escuchados. “En la primera ola de la pandemia, aunque la gente tenía mucha información de lo que estaba pasando, se estaba olvidando o poniendo en duda lo que estaba viviendo la Sanidad –nos cuenta Ana–. Y quise darles voz. Lo importante del libro son las historias que hay dentro, porque son muy personales y muy profundas. Mientras que los medios dan cifras y números, aquí se cuenta de verdad cómo lo han pasado ellos y los problemas que han tenido. Es muy importante tener en cuenta el daño psicológico que ha sufrido la Sanidad pero, además, éste es un libro que sirve de denuncia ante la falta de materiales, la falta de información que se estaba viviendo”.

PRONTO: ¿Crees que el libro ha servido de terapia y desahogo?

ANA POLEGRE: Por supuesto. Para empezar, para quienes lo han escrito, pues mucha gente al inicio de sus relatos nos ponía: “Escribo esto con lágrimas en los ojos”, o “Escribo esto tras meses de no haber podido hablar de ello”. Muchos compañeros se han desahogado, pero también estamos viendo que otros lo están leyendo y, aunque no sean sus historias, se sienten reflejados y están sanando la herida que tienen. Están viendo que no son sólo ellos quienes tienen problemas psicológicos, los que están tristes o los que no pueden más. Son todos. De alguna forma, estamos ayudando a que ellos se reconforten.

P.: Algunas historias son paradójicas: sanitarios que dejaron sus casas para no poner en peligro a sus familiares y otros a los que sus vecinos quisieron echar.

A.P.: Es que se criminalizó un poco al sanitario, se le tuvo mucho miedo. Yo creo que es humano, porque piensa que, al inicio de la pandemia, no sabíamos ni qué era el virus, ni cómo afectaba, ni cuál iba a ser su mortalidad o letalidad. Por eso la gente rechazaba a quienes estaban en primera línea, ya fueran sanitarios o trabajadores de otros sectores esenciales. Es sorprendente, pero yo creo que eso nace del miedo, y el miedo es humano, no se puede pelear contra él.

Encuentra este emotivo reportaje esta semana en las páginas de tu Revista Pronto.