Cuando Laura Newman se quedó embarazada por primera vez, en el año 2015, no se imaginaba que le sería tan difícil encontrar ropa para su bebé asequible, de calidad y con un diseño que le convenciese: sencillo pero bonito. Y personalizado. Eso les hacía especial ilusión tanto a ella como a su marido, Adam Newman. Así que, sin pensárselo demasiado, decidió que, con algo de maña, unas clases de patronaje y una máquina de coser, se convertiría en la diseñadora particular de su pequeño Nathan.
Lo que nunca imaginó es que, en sólo unos meses, sus creaciones empezarían a venderse online. Y menos, que arrasaría con su idea. En la actualidad su empresa, Forever Sewing, factura ¡1,7 millones de euros anuales!
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