Los niños milagro del terremoto de Turquía
En medio de la tragedia, hay historias que ayudan a mantener la esperanza, como las de muchos niños que han sido rescatados del mismísimo infierno
Mariam protegió y tranquilizó a su hermano durante 36 horas.
En medio del caos y la devastación causados por el terremoto del 6 de febrero en el sureste de Turquía y Siria, que alcanzó una magnitud de 7,8, los equipos de rescate lo dieron todo para encontrar al máximo número de supervivientes de entre los escombros.
El transcurrir del tiempo, la meteorología, con temperaturas gélidas y la cantidad de edificios destruidos –más de 6.400– dificultaron muchísimo las operaciones de salvamento.
Zona devastada por el terremoto en Turquía.
Vivió lo suficiente para poder dar a luz
Pero, incluso en este apocalipsis y en medio de un dolor tan arrollador, hay historias que nos dan esperanza y nos hacen creer, aunque parezca imposible, en los milagros.
Como el caso de la bebé nacida bajo los escombros en una casa de Jandaris, en Siria, que fue rescatada 10 horas después de que se produjera el temblor de tierra. La niña, conocida ya como la "bebé milagro", seguía unida por el cordón umbilical a su madre, Abu Hadiya, que vivió lo suficiente para dar a luz antes de morir.
"Escuchamos una voz mientras estábamos cavando, apartamos los escombros y encontramos a la bebé. Cortamos el cordón umbilical y mi prima la llevó al hospital", contó el tío de la criatura, Jalil al Suwadi. La niña, que perdió a sus padres y a sus cuatro hermanos en el seísmo, fue trasladada a un hospital, donde se está recuperando, aunque llegó con laceraciones e hipotermia.
"Nuestra única preocupación es un gran hematoma en su espalda. Tenemos que ver si hay algún problema con su médula espinal", dijo la pediatra que la atiende.
Esta bebé nació bajo los escombros, cuando su madre y toda su familia, fallecida en el desastre, intentaban huir de su casa. La pequeña, que pesa 3,175 kilos y que volvió a nacer al ser rescatada, fue trasladada por su tío al hospital.
"Sácame de debajo de estos escombros, señor, a mí y a mi hermano"
Otra niña milagro fue rescatada en la ciudad turca de Kahramanmaraş, cerca de la frontera con Siria. Allí, los equipos de emergencia escucharon gritos de auxilio entre los restos de un edificio y, tras retirarlos, lograron salvar a Imed Sabha, de 33 años, y a su hija Vafe, de 2, después de estar sepultadas 44 horas bajo los escombros.
Otro caso sobrecogedor es el de la pequeña Nour, nombre que significa "luz" en árabe. Durante el rescate por parte de los Cascos Blancos, el servicio de emergencia sirio, uno de los voluntarios excavó entre los restos hasta que apareció el rostro de una niña lleno de polvo y con expresión asustada.
Aturdida, la pequeña miró a sus rescatadores mientras, para tranquilizarla, le decían señalando a su padre: "Papá está aquí, no te asustes. Habla con tu papá, mírale". Y así, con delicadeza, lograron desenterrar de los escombros a la pequeña para sacarla de aquel infierno de oscuridad y polvo.
Nour mira, asustada, a sus salvadores.
Impactante es la historia de Mariam, una niña de 7 años, que protegió y cuidó a su hermano menor durante las 36 horas que estuvieron atrapados en los escombros. En cuanto vio el rostro de uno de los rescatadores, la niña suplicó: "Sácame de debajo de estos escombros, señor, a mí y a mi hermano".
Todos ayudan, incluso civiles sin equipación
Yigit Cakmak, un niño de 8 años, aguantó más todavía, al resistir 52 horas entre las ruinas de un edificio del que pudo ser rescatado para llevarlo a los brazos de su devastada madre, que pedía ante los periodistas que los países enviaran más ayuda, "porque no llega la suficiente".
Y hay más, muchas más, historias, agridulces, trágicas, pero esperanzadoras, como la de una niña rescatada "in extremis" por unos civiles que, al verla en un edificio en ruinas, fueron a salvarla sin nada más que sus manos.
Ygit, de 8 años, resistió 52 horas antes de ser salvado.