Ben Carpenter tenía poco más de 20 años cuando adoptó a su primer hijo, Jack, que ahora tiene ya 11 años. Luego llegaron las hermanas Ruby, de 7 años, y Lily, de 6, y Joseph, con 3 años. Todos ellos acaban de darle la bienvenida al nuevo miembro de esta preciosa familia, el pequeño Noah, de solamente 15 meses.
En el Reino Unido, a Ben lo llaman el «superpapá», y no sólo por formar una familia tan extensa siendo soltero, sino porque todos sus hijos tienen alguna discapacidad severa: Jack es autista, Ruby tiene el síndrome de Pierre Robin y un uso limitado de sus brazos, Lily es sorda, Joseph tiene síndrome de Down y Noah tiene defectos de nacimiento graves que afectan a sus brazos y piernas.
«La adopción es lo más gratificante, satisfactorio y desafiante que he hecho», confiesa orgulloso Ben, que sólo quiere ofrecer a sus peques «un hogar lleno de amor». Todo un ejemplo a seguir.