Inolvidable. Así es el espectáculo de magia con el que sorprende, día a día, en Gran Olmedini en el metro de Nueva York. Este hombre, de 79 años, perdió la vista hace una década después de una apoplejía. A partir de entonces, comenzó a trabajar en el subsuelo dejando con la boca abierta tanto a los turistas como a los residentes.
Cada mañana, Olmedo Rentería, que llegó de Ecuador a la ciudad de los rascacielos hace 30 años, se enfunda su traje de lentejuelas, sombrero de copa, un pequeño broche de un conejo y su bastón guía. Es habitual encontrarlo entre las calles 59 y 125 o entre las estaciones Grand Central y Times Square.
Aunque sus actuaciones son breves, no les falta detalle, incluso se puede escuchar como silba algunas sintonías de Beethoven. El acto final de su espectáculo suele estar protagonizado por dos palomas, Lluvia y Sol, con las que actualmente vive en un apartamento ubicado en una residencia en el barrio de Harlem.