Pablo Motos y Laura Llopis paseando por las calles de Madrid.
Si Pablo Motos, de 54 años, hace un comentario acertado sobre el peinado de uno de sus invitados o mete la pata con una pregunta fuera de lugar, la culpa no la tiene solo él, la responsabilidad está repartida entre el presentador de El Hormiguero y Laura Llopis, su directora de guiones y pareja desde hace trece años.
Pablo Motos en El Hormiguero, junto a “Trancas” y “Barrancas”.
Pablo Motos es uno de los presentadores más populares de la televisión. No hay estrella nacional o internacional que no haya pasado por su programa “a divertirse”. Sin embargo, al mismo tiempo es uno de los famosos de los que menos detalles de su vida privada se conocen, ya que apenas concede entrevistas a los medios.
Laura Llopis, el roce hace el cariño
Pablo Motos y Laura Llopis se conocen desde hace más de veinte años, cuando daban sus primeros pasos en el mundo de la comunicación. Ambos trabajaban en la radio, en su Valencia natal, él como locutor y ella en producción.
Pablo Motos y Laura Llopis paseando por las calles de Madrid.
“El desprecio más grande que te han hecho en la vida no es nada comparado con lo que ella me hacía a mí. Un día pensé que no podía morirme sin besarla, pero la oportunidad me llegó gracias al frío que hacía en el estudio de radio donde trabajábamos. Una vez ella comentó que hacía mucho frío y yo salí corriendo a comprarle un calefactor. Entonces, por primera vez me miró, la miré y surgió el flechazo”, explicó el comunicador durante una entrevista a Mariló Montero.
El primer beso de Pablo Motos a Laura
Al principio, lo que más le atrajo a Pablo de su compañera de trabajo fue su temperamento y su carácter fuerte. Ahora bien, el primer beso llegó por iniciativa del presentador. En la misma conversación que mantuvo con Mariló Montero, él mismo explicaba cómo ocurrió: “Íbamos en coche y entramos en una rotonda. Entonces le pregunté si yo le gustaba, y ella me contestó “…bueno”. En ese momento decidí no tomar la rotonda, me fui recto, paré y la besé”. Desde aquel beso hace 13 años en medio del tráfico, la pareja no se ha separado.
De hecho, dado que trabajan juntos en El Hormiguero, lo cierto es que cuando decimos que no se han separado, no exageramos lo más mínimo. Ella es quien redacta las entrevistas a Will Smith, Penélope Cruz, Alejandro Sanz o Albert Rivera, además de proponer si Pablo se abrazará o besará al invitado de turno. “Ella es la que me pide que bese a Elsa Pataky. Así que yo, encantado”, ha comentado Pablo en más de una ocasión.
Pablo Motos entrevistando a Alejandro Sanz en El Hormiguero.
Ahora bien, cuando se pasa tanto tiempo juntos las discusiones no son fáciles de eludir, y más si se trabaja en el mismo lugar, se es pareja y ambos tienen un carácter complicado. El propio Motos reveló que “en verano nunca discutimos, pero en invierno hay fuego, ella tiene una personalidad muy fuerte y yo también. Pero el programa lo hago y lo llevo yo, así que, al final, las decisiones las tomo yo. Esto hace que se produzcan enfrentamientos, claro”.
Sus hijastras también trabajan con Pablo Motos
Además de Laura, Pablo también tiene en su equipo a sus dos hijastras, nacidas de una relación anterior de Laura, que también forman parte del programa. Una de ellas es guionista, y está bajo las órdenes de su madre, y la otra trabaja en atrezzo. “Son guapísimas, dos chicas con talento y sobre todo muy buenas personas”, afirmó su padrastro cuando fue entrevistado por Bertín Osborne en 2015.
La pareja se reserva un día a la semana para ellos
A pesar de que El Hormiguero es un sueño hecho realidad para Pablo, el comunicador reconoce que también es el culpable de que prácticamente no le quede tiempo libre. Así se lo contaba a Bertín Osborne en una entrevista: “Mi programa está muy por encima de mi sueño más salvaje, pero también me quita mucho, me quita mi vida normal. Es verdad que vienen a verme los mejores del mundo, pero luego no puedo hacer muchas cosas que hacía”.
Bertín Osborne entrevistando a Pablo Motos en el programa En la tuya o en la mía en 2015.
Para poner remedio a tal situación, la pareja decidió “bloquear” los sábados para ellos, para disfrutar el uno del otro, sin obligaciones ni interrupciones. Ese día ninguno de los dos atiende las llamadas de teléfono relacionadas con el trabajo. De esta manera, consiguen equilibrar la balanza entre el éxito profesional y una vida personal plena.
Un hogar solo apto para millonarios
Ese día “en pareja” imaginamos que lo disfrutarán dando paseos por las calles de Madrid o reuniéndose con amigos para comer o cenar. Pero también deben de quedarse en casa, o mejor dicho, en el casoplón que poseen en el exclusivo barrio de Salamanca, en el centro de Madrid.
El pisito tiene una superficie de 300 metros cuadrados aproximadamente, está ubicado cerca del madrileño parque de El Retiro y les costó la friolera de un millón y medio de euros.
Un dispendio al que pueden hacer frente sin problemas, dado el elevadísimo caché del periodista, que se cree debe rondar los 4 millones de euros por temporada.