La persona contagiada debe permanecer aislada del resto.
De poco sirve que lleves 15 días confinado en casa, aislado entre cuatro paredes, si tu pareja, tus hijos o cualquier persona con la que convivas sale a la calle, toma contacto con el Coronavirus y se contagia.
Si una de las personas con las que compartes tu casa está infectada o creéis que puede estarlo, debéis extremar las precauciones.
Hemos recogido las principales medidas que conviene tomar para convivir con un contagiado por coronavirus. Recuerda que todo lo que hagas debe ir encaminado a evitar la transmisión de la enfermedad y para ello, hay dos pilares básicos: aislamiento y limpieza.
Una habitación solo para el enfermo
Recluir al enfermo será vuestra “vacuna” frente al coronavirus. El confinamiento del contagiado, dentro del confinamiento de la familia es fundamental. Si es posible, preparad una estancia solo para esa persona. También es recomendable que no comparta el baño con nadie. Además, por mucho que os pese, debéis evitar estar juntos en la misma habitación y, si lo hacéis, recordad lavaros muy bien las manos, llevar mascarilla y mantener la distancia de seguridad de un metro.
Para minimizar al máximo las posibilidades de contagio, los expertos aconsejan mantener la puerta de la habitación reservada para el enfermo, siempre cerrada y comunicarse con él a través del móvil.
Limpieza diaria exhaustiva
Junto con el aislamiento, la limpieza es la otra gran baza con la que contamos para evitar el contagio. Los expertos recomiendan usar siempre mascarilla y guantes y limpiar con una solución de agua y lejía.
Ahora bien, ¿qué es lo que debemos limpiar? Las superficies que más tocamos, los pomos de las puertas, los grifos, los interruptores, los teléfonos… Repasa bien todos tus gestos y movimientos y, trapo en mano, ve limpiando todo lo que tocas.
En cuanto a los platos, vasos y cubiertos, lo mejor es lavarlos en el lavavajillas, que es donde se alcanzan las temperaturas más altas. Pero si no es posible, basta con que los friegues con agua caliente y jabón.
Especial cuidado hay que tener con la ropa del enfermo, tanto la de vestir como la de cama. Es imprescindible lavarla por separado y con agua caliente, entre 60 y 90 grados, y dejar que se seque completamente.
La limpieza diaria es fundamental para evitar el contagio en casa.