¿Sufrieron Rocío Flores y su hermano David el síndrome de alienación parental? Dos expertas nos aclaran en qué consiste
Preguntamos a dos especialistas que nos aclaran qué es el síndrome que podría afectar a los hijos de Rocío Carrasco y Antonio David Flores
En la década de los 80, el médico estadounidense Richard Gardner empezó a utilizar el término “Síndrome de alienación parental” al describir un proceso de divorcio en el que un progenitor provocaba en los hijos rechazo hacia el otro. Desde que empezó a emitirse el documental de Rocío Carrasco, se ha hablado mucho de este concepto y de la posibilidad de que Rocío y David Flores lo sufrieran siendo niños.
Muchos espectadores se preguntan cómo les pudo afectar este hecho en el caso de que se diera, algo que asegura su progenitora. Desde algunos ámbitos, se han señalado las posibles consecuencias de ser víctimas de manipulación en la infancia.
Entre éstas, se encontrarían problemas de autoestima, dificultades en el desarrollo de habilidades sociales y sentimiento de culpabilidad o confusión. Para saber más sobre lo que muchos califican erróneamente como síndrome, tu Revista Pronto se ha puesto en contacto con dos especialistas.
Dra. Connie Capdevila: “Hay que ayudar a los padres a que vayan a una y que los niños se relacionen con los dos”
Mediadora familiar, la doctora Connie Capdevila es experta en coordinación de coparentalidad y separaciones conflictivas, además de vocal de la junta de gobierno del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya.
“Os pediría que no alimentarais la utilización del síndrome de alienación parental, un concepto que, realmente, implica una mala praxis dentro de la psiquiatría y la psicología. Es obsoleto y no está aceptado a nivel jurídico ni científico. De hecho, el Consejo del Poder Judicial hizo un manifiesto diciendo que rechazaba el uso del mismo”, afirma.
Cuando en una familia se detecta que un progenitor actúa de manera que puede desfavorecer que el otro se relacione con los hijos, Connie Capdevila explica que "desde los juzgados se está recomendando, previa valoración o consideración de una posible situación de violencia de género, la coordinación de parentalidad, una intervención para ayudar a los progenitores a tener coparentalidad centrada en sus hijos e hijas, es decir, para ir a una y que los niños se relacionen con los dos. También existe la terapia familiar y, dependiendo del caso, hacemos una u otra. Son intervenciones muy especializadas”.
Arantxa Coca: “Un adulto puede darse cuenta de que fue manipulado de niño por alguno de sus progenitores”
Doctora en Psicología y licenciada en Psicopedagogía, Arantxa Coca coincide con su colega, aunque hace algunas matizaciones. “En un contexto divulgativo se puede hablar de síndrome de alienación parental, pero, si queremos ser técnicos sólo podemos hablar de alienación parental (o interferencias parentales, o conflicto de lealtades severo... tiene muchos nombres), ya que no está reconocido como patología”, manifiesta.
A la hora de hablar de los indicios de este problema relacional, esta terapeuta e investigadora destaca que “son un conjunto de síntomas, los más evidentes en el hijo son el rechazo repentino a la visita con un progenitor, el uso de un lenguaje adulto o bien la incapacidad de argumentar dicho rechazo”.
Ante la posibilidad de que una persona adulta pueda darse cuenta de que sufrió este problema cuando era un niño, Arantxa Coca se muestra convencida. “Por supuesto. En el libro que acabo de publicar, ‘Hijos alienados’ (Editorial Almuzara), explico las causas más habituales que "provocan" que personas adultas empiecen a sospechar que fueron manipuladas por alguno de sus progenitores y cómo suelen acercarse al progenitor que rechazaron”, explica.