Las anécdotas más curiosas de la nobleza española: seducciones, peleas…
El escritor Amadeo Martín Rey recoge en su último libro las historias más sorprendentes de 48 familias de la aristocracia
En 'Anécdotas de la nobleza española' (La Esfera de los Libros) descubrimos algunos de los entresijos más divertidos de un montón de familias nobles de nuestro país. Su autor, Amadeo-Martín Rey y Cabieses, conoce perfectamente este mundo y nos desvela curiosas e inéditas anécdotas sobre algunos de sus personajes más célebres.
Empezamos hablando de don Juan de Borbón, conde de Barcelona y padre del rey Juan Carlos. "Era un hombre excepcional, gran jugador de mus y muy campechano. Era muy amigo del elegantísimo Salvador de Vilallonga, barón de Segur, un hombre que, antes de salir a la calle, tardaba tres horas en arreglarse cada día. En una ocasión, los dos se encontraban en Estoril y don Juan le reprochó a su amigo que tardara tanto en estar listo, que él solamente necesitaba 20 minutos. Y Salvador le contestó con un 'ya se nota', utilizando una cierta ironía", explica.
El marqués de Portago, el noble más seductor
PRONTO: ¿Es verdad que Juan Domingo Perón tuvo un fuerte desencuentro con un conocido aristócrata y político español?
AMADEO-MARTÍN REY Y CABIESES: Sí, con José María de Areilza, conde de Motrico, cuando era embajador en aquel país. Fue al palacio presidencial y cuando llevaba más de dos horas esperando, escuchó la voz de Perón gritando: "¡Díganle a ese gallego de mierda que espere!". Areilza, indignado, abrió la puerta del despacho y contestó: "General, el gallego se va y la mierda se queda aquí".
P.: El mayor seductor fue el marqués de Portago…
A-M. R. C.: Era aviador, jockey, piloto de coches de carreras y un seductor empedernido. Su última conquista fue la exesposa de Tyrone Power, Linda Christian, siempre se le veía con las mujeres más guapas. Le quitaron la licencia de aviador por volar muy bajo en el puente de Brooklyn, simplemente porque quería divertirse. Con Linda acabó muy mal. Rompieron y ella se llevó todos los muebles del apartamento que compartían en París. Y Portago se encontró la casa prácticamente vacía. Quedaba la cama, y el aristócrata la colocó en medio salón y llamó a unas amigas para divertirse con ellas. Para que veas la poca importancia que le daba a sus relaciones.
P.: ¿Si lo comparamos con otro gran ligón, como el marqués de Cubas, quién saldría ganando?
A-M. R. C.: Sin lugar a dudas, Portago.
P.: ¿Y José Luis de Vilallonga?
A-M. R. C.: Otro gran seductor. Cuando vivía en París, como tenía pocos recursos, salía adelante con el dinero que le mandaba su familia. Y se colaba en las bodas más importantes, comía gratis y entraba en contacto con gente importante.
P.: El actor Luis Escobar, marqués de las Marismas, también era un hombre muy peculiar, ¿verdad?
A-M. R. C.: Y cantaba tangos como nadie. Lo mismo que el duque de Tovar. Pues bien, Luis iba un día por la calle y se encontró con un amigo, también gay como él, que iba acompañado por un chico joven muy mozo. Se lo presenta y le dice: "Mira Luis, éste es mi sobrino". A lo que Escobar respondió: "Éste fue sobrino mío la semana pasada".
"Luis Alfonso ha sido un hombre desgraciado"
Sobre Carlos, actual duque de Alba, cuenta Rey que adoraba a su madre, "pero le tenía muchísimo miedo y le pedía permiso para todo. Cayetana era la que mandaba en palacio. La dueña y señora de todo".
P.: Luis Alfonso de Borbón es duque de Anjou y eterno pretendiente al trono de Francia. ¿No se mentaliza de que es tarea imposible?
A-M. R. C.: Fundamentalmente, ha sido un hombre desgraciado. Ahora, desde que se casó con Margarita Vargas, es muy feliz. Pero recuerda que vio morir a su hermano Fran, a su padre, el duque de Cádiz, y que no tiene ninguna posibilidad de ocupar ese trono, a no ser que desaparezca la República francesa.
P.: Dicen que Ágatha Ruiz de la Prada tiene títulos pero no presume de ellos, ¿es cierto?
A-M. R. C.: Tiene un gran conocimiento de su familia y de lo que es la nobleza. Es muy culta e inteligente. Tanto por el lado materno como por el paterno, pertenece a familias de la nobleza. Su tío Carlos era un solterón muy mujeriego, que aseguraba que la ciudad que más le gustaba era París por sus putas.
P.: Y de Carmen Martínez-Bordiú, duquesa de Franco, qué puedes contar?
A-M. R. C.: Carmen considera que ese ducado es un homenaje a la figura de su abuelo y lo ostenta con orgullo y respeto. Aunque bien es verdad que los títulos le traen un poco al pairo.