Alarma social por la difusión de falsas fotos de menores desnudas

Un grupo de jóvenes de Almendralejo, en la provincia de Badajoz, cometieron un acto atroz al obtener fotografías de alrededor de 30 amigas y compañeras. Los jóvenes utilizaron una app de inteligencia artificial que generó simulaciones extremadamente realistas de los cuerpos desnudos de las chicas, a tal punto que parecían imágenes auténticas.

Este acto no sólo infringe la integridad moral y la privacidad de las víctimas, sino que también puede constituir un delito de producción y posesión de pornografía infantil. A pesar de que las imágenes no son reales, las edades de las niñas afectadas oscilan entre los 11 y los 17 años. Los autores de la fechoría, sin embargo, no se detuvieron aquí, ya que decidieron compartir estas imágenes alteradas con otros jóvenes, incurriendo así en un delito adicional de distribución de pornografía infantil.

La ginecóloga y tiktoker Miriam Al Adib, madre de una de las afectadas

Desde que estas fotos manipuladas comenzaron a circular por grupos de WhatsApp y Telegram en el pueblo, en junio, las jóvenes han estado viviendo un auténtico infierno. Muchas de ellas han experimentado un serio deterioro de su autoestima y han sufrido ataques de ansiedad. De hecho, al menos un individuo intentó extorsionar a una de las víctimas.

Varias de ellas finalmente revelaron lo que estaba sucediendo. Como resultado, cerca de 30 padres y madres de las niñas afectadas comenzaron a organizarse y denunciaron estos actos, aportando pruebas en forma de mensajes que las menores habían recibido de parte de sus agresores.

Una de las madres involucradas en la denuncia es Miriam Al Adib, ginecóloga y divulgadora de salud y educación sexual en redes sociales, donde cuenta con más de 133.000 seguidores. Ella denunció públicamente lo sucedido en Instagram y Twitter y envió un mensaje de apoyo a las víctimas: "Vosotras no tenéis la culpa. Algunas niñas no se atreven a decírselo a sus madres. Vuestras madres os van a ayudar. Decídselo". También fue contundente con los culpables, advirtiendo que lo que habían hecho era un delito y animando a los implicados a acudir a la policía si recibían alguna imagen similar.

Hasta la fecha, se habían presentado un total de 22 denuncias, aunque se sospecha que muchas más niñas podrían estar guardando silencio debido al miedo. La policía había identificado a 11 chicos involucrados, todos ellos con edades comprendidas entre los 12 y los 14 años. De estos, tres eran los responsables de crear las imágenes manipuladas, mientras que los demás actuaron como distribuidores.

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